El Banco Popular ha registrado un beneficio neto de 94 millones de euros en el primer semestre del año, lo que supone un 50 % menos que en el mismo periodo de 2015, después de dedicar todas las ganancias del segundo trimestre a provisiones. Así lo ha explicado este viernes la entidad en una nota remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en la que también da cuenta de la sustitución de su consejero delegado, Francisco Gómez, por Pedro Larena. Precisamente por este motivo de transición, el encargado de presentar los resultados ha sido el director general financiero, Francisco Sancha

Sin contar las provisiones extraordinarias, el beneficio neto ordinario se ha situado en 168 millones de euros, un 10,6 % menos que hasta junio del año anterior, lo que se debe al "intenso" recorte de los márgenes por los bajos tipos de interés, la supresión de las cláusulas suelo y la dotación de 52 millones al Fondo Único de Resolución del BCE. Tal y como ya anunciaron en la reciente ampliación de capital y con el fin de acelerar la desinversión de activos no productivos y potenciar el negocio principal, el banco ha dedicado 106 millones a provisiones extraordinarias, algo más de los 74 millones que ganó en ese periodo.

Una cartera de créditos a clientela de 100.998 millones

La entidad ha cerrado junio con una cartera de créditos a la clientela de 100.998 millones de euros, el 0,3 % menos que un año antes, con un ratio de morosidad del 12,32 %, frente al 13,24 % registrado a cierre de junio de 2015. En este sentido, la venta de inmuebles continúa "a buen ritmo", hasta un total acumulado de 1.075 millones de euros, después de elevarse el 50 %, según ha concretado el banco.

Por su parte, los depósitos de los clientes han sumado 88.291 millones en este periodo, tras reducirse casi el 2 % en comparación interanual. En cuanto a los principales márgenes de la cuenta, el de intereses -que recoge los ingresos- se ha reducido un 4,1 % interanual hasta quedarse con 1.080 millones de euros, lastrado por los 47,1 millones que ha dejado de ingresar por la eliminación de las cláusulas suelo y la menor aportación de la cartera de renta fija.

Por el contrario, la contribución del negocio típico bancario ha aumentado en 16,8 millones y continuó siendo el principal soporte del margen de intereses. Tras sumar los 277 millones ingresados en concepto de comisiones, que bajan un 5,6 % interanual, el margen bruto semestral se ha situado en 1.590 millones, un 12,1 % menos, impactado también por la aportación al Fondo Único de Resolución europeo. Después de reducir el 1,5 % los gastos de administración y el 2,2 % los generales, la entidad ha registrado un margen típico de explotación de 755 millones, casi un 22 % inferior al del mismo semestre de 2015.

"Una nueva etapa de renovación"

Con la llegada de Pedro Larena como nuevo consejero delegado, comienza "una nueva etapa de renovación y reestructuración de su negocio, para lo que ha separado la gestión de la actividad principal de la gestión del negocio inmobiliario y asociado". De esta forma, la entidad podrá dedicarse a gestionar su negocio, basado en "servicios de alto valor para empresas y particulares", que le permitirá obtener márgenes de negocio más altos.

En cuanto a la solvencia, la ratio CET1 -que mide el capital de máxima calidad- "fully-loaded", que adelanta futuros impactos de la normativa de Basilea III, se ha situado en el 13,55 % tras generar 298 puntos básicos en comparación interanual.