Audi ha aceptado el pago de una multa de 800 millones de euros por parte de la fiscalía de Munich (Alemania) en el contexto del caso del software que alteraba las emisiones en algunos vehículos diésel. Este importe contempla el abono de una multa máxima de 5 millones de euros, según lo que dispone la legislación del país, así como la devolución de beneficios económicos por parte de la empresa de 795 millones de euros, según ha informado tanto al grupo Volkswagen como a la propia compañía en un comunicado.
Audi acepta así la sanción impuesta por "desviación de los requisitos reglamentarios" en algunos de sus motores diésel V6 y V8. Después de la aceptación por parte de la empresa, se cerrarán los procedimientos legales que estaba llevando a cabo Audi en relación con el 'dieselgate'.
Reducción de ganancias para el 2018
La firma alemana explica que, como es una filial del grupo Volkswagen y está incluida en su estado financiero, la multa reducirá las ganancias de la corporación para el año fiscal 2018. Los resultados de la corporación se vieron afectados de manera negativa por 1.600 millones de euros derivados de "riesgos legales" del 'dieselgate'
Al principio del mes de octubre, los consejos de vigilancia del grupo Volkswagen y de Audi ya dieron su consentimiento para cerrar un acuerdo con el presidente de Audi y miembro del consejo de administración del consorcio, Rupert Stadler, para poner fin a sus responsabilidades en el seno de la compañía.
Stadler abandonó así las dos compañías con efecto inmediato y no volverá a trabajar para el consorcio con sede en Wolfsburg. La firma ha indicado que el directivo, al encontrarse en situación de detención preventiva, no puede cumplir con sus deberes como miembro del comité de dirección.
Multa en el grupo Volkswagen
El pasado mes de junio, el grupo Volkswagen también aceptó el pago de una multa por importe de 1.000 millones de euros por parte de la fiscalía pública de Braunschweig (Alemania). En este caso, la sanción se produjo después de que una investigación del organismo público indicara un incumplimiento por parte del departamento de Desarrollo de Motores de Volkswagen en su deber de control de los test de los vehículos.
De acuerdo con los resultados obtenidos por el fiscal de Braunschweig, hubo causas concurrentes en un total de 10,7 millones de vehículos con los motores diésel de los tipos EA 288 (Generación 3), en los Estados Unidos y Canadá, y EA 189, en todo el mundo, siendo anunciados, vendidos a los clientes y colocados en el mercado con una función de software inadmisible en el periodo comprendido entre medios de 2007 y 2015.
El 'dieselgate' salió a la luz en septiembre de 2015 después de conocerse que la compañía alemana había vulnerado la legislación medioambiental en los Estados Unidos y manipulado la información sobre sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) en vehículos diésel.
La agencia norteamericana de protección ambiental, el Environmental Protection Agency (EPA), consideró en su momento que el fabricante automovilístico utilizó en los modelos diésel de Volkswagen y Audi un software que confundió en los reguladores en sus tareas de medición de emisiones.