El Barça realizó uno de los peores partidos que se recuerdan en mucho tiempo contra la Real Sociedad. Es cierto que se enfrentaban a uno de los equipos más competitivos de La Liga EA Sports, y que tiene en sus filas a jugadores de clase mundial, como Takefusa Kubo, Brais Méndez o Martín Zubimendi, pero eso no es excusa para dar la imagen que ofrecieron. Fueron muy inferiores durante prácticamente los 90 minutos, y no generaron peligro.
De hecho, merecieron perder. Hasta los últimos instantes no consiguieron chutar a portería, y solamente la aparición de Ronald Araújo en el tiempo de descuento ayudó a romper la igualada. Xavi Hernández se fue muy preocupado pese a sumar los tres puntos, y señaló a cuatro piezas de la plantilla que realizaron una actuación decepcionante en Anoeta. Comenzando por Jules Koundé, que reaparecía después de su última lesión.
Fue una de las sorpresas en la alineación, ya que el técnico catalán lo colocó como titular por delante de Andreas Christensen. Apostó por una defensa de tres centrales, para mantener a Íñigo Martínez en la formación, y el experimento no pudo salir peor. El internacional francés estuvo desastroso, y no es la primera vez que esto sucede esta campaña, demostrando que no está en un buen momento. Lógico que su futuro en el Camp Nou esté en duda.
Tampoco se mostró mucho más acertado Alejandro Balde. Aunque todo hacía indicar que actuando como carrilero podría ser determinante, al tener mucha más libertad para correr e incorporarse al ataque, se le vio totalmente desorientado y perdido. Pero sin ningún tipo de duda, la gran decepción fue Robert Lewandowski, quien también volvió a ser titular después de varias semanas, y acusó la falta de ritmo competitivo, siendo sustituido en el minuto 60.
No tocó la pelota, y en el Barça crece la desesperación por poder tener pronto a otro delantero centro en sus filas. Vitor Roque ha pasado a ser necesario, y Xavi cuenta los días que faltan para que llegue.
Joao Félix aumenta la preocupación del Barça
Aunque Joao Félix tampoco se escapa de las críticas. Siempre deja detalles de la inmensa calidad que le caracteriza, pero necesita ser mucho más regular y consistente, y marcar las diferencias en el ataque.
Xavi no se conforma con lo que ofrece el portugués, y la preocupación en el Barça empieza a aumentar: esperan que no acabe siendo el mismo futbolista que fracasó en el Atlético de Madrid y en el Chelsea.