El Real Madrid vuelve a entrar en ese terreno donde la gestión del vestuario se convierte en una prueba de máxima precisión para el entrenador. Y esta vez el foco recae directamente sobre Franco Mastantuono, una de las grandes promesas del proyecto de futuro del club, que pagó más de 60 millones por él. El argentino, que hace unos meses era casi un titular indiscutible, ha pasado a desaparecer por completo de los planes de Xabi Alonso, encadenando tres partidos seguidos sin disputar ni un solo minuto desde que volvió de su lesión. Y la situación comienza a tensarse más de lo que el club desearía.

Un cambio que ya genera malestar

El joven mediapunta ha pasado de ser importante a quedar relegado a un rol irrelevante sin una explicación deportiva convincente. En la plantilla ya se comenta que esto va mucho más allá del aspecto físico: Mastantuono está recuperado y ya pide paso. Sin embargo, Xabi Alonso ha optado por dejarlo fuera incluso en partidos donde la rotación parecía obligatoria.

Franco Mastantuono
Franco Mastantuono

El gesto no ha pasado desapercibido. Las caras largas del argentino comienzan a preocupar al cuerpo técnico. Mastantuono, acostumbrado a ser protagonista desde muy joven, siente que está preparado para aportar, pero Xabi no termina de verlo encajando en el ritmo del equipo. Y esa diferencia de percepciones empieza a generar un ecosistema peligroso. En el club ya han vivido situaciones parecidas. Vinicius tuvo su propio conflicto y Fede Valverde también se las tuvo con Xabi. El Madrid sabe cómo puede escalar el malestar cuando un joven talentoso se siente ninguneado. Y con Mastantuono, el riesgo está sobre la mesa.

Xabi Alonso sabe que no puede tensionar más al vestuario

Aunque Xabi Alonso tiene claro que solo jugará quien él crea preparado, también entiende que una gestión fría con Mastantuono puede desembocar en un problema innecesario. El argentino tiene carácter, ambición y una personalidad que no lleva bien los periodos prolongados de banquillo. En Valdebebas ya se comenta que, si la situación se prolonga, podría convertirse en un nuevo caso de conflicto interno, algo que el técnico quiere evitar a toda costa. Por eso, Xabi se ve obligado a devolverle minutos cuanto antes si no quiere abrir un incendio en pleno mes de enero. El jugador se ve listo, el vestuario lo sabe y, si no recupera protagonismo, el malestar puede crecer hasta poner al entrenador en una posición incómoda.

Así pues, Mastantuono se convierte en una urgencia táctica y emocional para Xabi Alonso, que deberá decidir si lo reimpulsa o si asume un conflicto que nadie quiere repetir.