La llegada de Koeman al Barça está siendo mucho más accidentada de lo que cualquier persona podría haber llegado a pensar. El entrenador holandés aterrizó en el Camp Nou en medio de un incendio provocado por la derrota de Lisboa ante el Bayern de Munich. A partir de entonces, la junta directiva dirigida por Josep Maria Bartomeu contrató al héroe de Wembley con el fin de reconducir la situación y para llevar a cabo una reconstrucción de la plantilla que se preveía necesaria.

Después de prescindir de jugadores importantes como Luis Suárez, Arturo Vidal o Ivan Rakitic, ninguno de los fichajes que el holandés había pedido llegó, como es el caso de Wijnaldum o Depay. Y a todo eso se sumó la noticia más inesperada de todas: el burofax de Messi anunciando su salida del Barça. Un Messi que se acabó quedando en el club blaugrana, pero descontento con la cúpula directiva.

Koeman entrenamiento FCB

Koeman hablando con sus jugadores en un entrenamiento / FCB

Las lesiones se añaden a la crisis económica

La temporada empezó y, hasta el día de hoy, los resultados no son los esperados y se han acumulado las lesiones de larga duración de jugadores importantes como PiquéAnsu Fati y Sergi Roberto. Todo eso en una temporada en la cual el club se encuentra inmerso en una crisis económica provocada por el coronavirus, con una alarmante caída de los ingresos que han comportado una mayor periodificación de los contratos de los futbolistas.

Tensiones en el vestuario del Barça

Tal como apunta el periodista Lluís Canut en un artículo en La Vanguardia, amigo de Ronald Koeman, las medidas de choque contra esta crisis han dividido la plantilla entre los que renovaron unilateralmente el contrato acordando una remodelación de la ficha (Piqué, Ter Stegen, De Jong y Lenglet) y los que prefirieron negociar de forma colectiva. Canut explica que los jugadores se han acusado mutuamente con una serie de reproches, de entre los cuales ha trascendido la expresión "eres un Judas".

Una rebaja que se preveía necesaria con el fin de aligerar la masa salarial del primer equipo, pero pactada con la junta gestora, ya que el club se encuentra inmerso en un proceso electoral que culminará el próximo 24 de enero. Veremos cómo acaba todo, pero, de momento, parece ser que el vestuario está lejos de ser la "balsa de aceite" de la cual habló Quique Setién el pasado mes de marzo.

 

Imagen principal: Jugadores del Barça en un entrenamiento / FCB