Año 1953. Matt Busby, legendario entrenador escocés del Manchester United, presencia un partido amistoso del East Fife, entonces equipo de la primera división escocesa, y queda prendado por la potencia y calidad del extremo derecho, un tal Sean Connery, un jugador que está a prueba con los Fifers. Busby está tan convencido de su potencial que le pide una reunión para ofrecerle fichar por los red devils con un salario nada desdeñable de 25 euros a la semana.

Connery

Sean Connery, de izquierda a derecha el cuarto sentado, antes de un partido del Bonnyringg Rose Athletic / Scottishjuniorfa.com

Connery, que por aquel entonces combinaba su pasión por el culturismo y el fútbol con audiciones para ser actor, tuvo que elegir, y se decantó por la interpretación. "Tuve muchas ganas de aceptar porque amaba el fútbol, pero me di cuenta de que un futbolista de primer nivel podía estar sobre en la cima hasta los 30 años, y yo ya tenía 23. Así que decidí convertirme en actor y resultó ser uno de mis movimientos más inteligentes", afirmó años después el primer 007 de la historia.

Sean Connery EFE

Sean Connery, en la gala de los premios del cine europeo de Berlín del 2005 / EFE

Culturismo y fútbol antes de entrar en la leyenda del cine

Y es que antes de convertirse en uno de los actores más emblemáticos del siglo XX, Sean Connery, fallecido hoy a los 90 años, fue un gran deportista. A los 18 años se inició en el mundo del culturismo y llegó a quedar tercero en un certamen júnior de Míster Universo.

Ya por aquel entonces Connery practicaba otra de sus aficiones, el fútbol, siendo jugador del Bonnyringg Rose Athletic, que hoy le ha querido recordar con un emotivo mensaje en las redes sociales.

 

 

Finalmente, Connery dejó el culturismo y se centró en el fútbol y, sobre todo, en su gran pasión, la interpretación. Fue entonces cuando probó fortuna en el East Fife y un tal Matt Busby lo quiso captar para el Manchester United.

Connery eligió la carrera de actor. Nunca sabremos a qué nivel habría llegado en Old Trafford con un balón en los pies. Lo que es seguro es que el mundo del cine se habría quedado sin un actor de leyenda. Hasta siempre Connery, Sean Connery.