Santi Cazorla ha hablado alto y claro. Después de días de rumores que lo situaban como una figura influyente en la salida de Veljko Paunovic del banquillo del Real Oviedo, el capitán carbayón ha decidido responder públicamente y desmontar cualquier tipo de sospecha. "No iba a hablar de esto, pero cuando afecta a mi familia tengo que dejar las cosas claras", arrancó en rueda de prensa con gesto serio.
"Llevo 22 años de profesional y nunca he tenido que ver en las decisiones del club a la hora de prescindir de un entrenador", sentenció Cazorla, visiblemente molesto por lo que considera un intento de dañar su imagen. En el centro de la polémica: su supuesta influencia en la marcha de Paunovic y la llegada de Luis Carrión. El ovetense quiso cortar de raíz con cualquier lectura errónea de su papel dentro del vestuario.
Apoyo a Paunovic y respeto a Carrión
Antes de responder a las preguntas de los medios, Cazorla tomó la palabra de forma voluntaria para expresar su agradecimiento al entrenador saliente. "Me gustaría agradecer a Paunovic, con el que tengo una gran relación y pude hablar con él ayer personalmente. Agradecerle todo su trabajo y lo que hemos conseguido", explicó.

Fue aún más lejos al recordar que fue "el primero en entrar en su despacho una vez le comunicaron que estaba despedido". Para el mediocampista, la decisión fue inesperada y dolorosa para todos. "Nos pilló a todos por sorpresa el despido", reconoció. Sin embargo, asumió el cambio con profesionalidad: "Hay que respetarlas y ya, pero fue una sorpresa, sí".
Unidad en el vestuario y mirada al futuro
Sobre la llegada de Luis Carrión, Cazorla ofreció su total respaldo. “El club ha apostado por Luis, es un viejo conocido y ha llegado con la misma ilusión que entonces. Tenemos que mirar adelante, aportando todos lo que podamos”, afirmó con tono de liderazgo. También lanzó un mensaje directo al entorno: “Tenemos dos opciones: matarnos entre todos o morir juntos. Yo lo tengo claro. Por encima de cualquier jugador o entrenador está el club”.