En el Barça se han hartado de Ousmane Dembélé. En el club blaugrana estaban convencidos de que el jugador recapacitaría y se daría cuenta de que desde la llegada del futbolista hasta el día de hoy el Barça ha hecho muchísimo más por el futbolista que Dembélé por el club. Ahora, sin embargo, ya ha quedado claro el egoísmo del francés, que sabiéndose con la mano ganadora ha decidido exprimir al máximo al Barça, hasta provocar que el club haya dicho basta.

Y la persona que está más enfadada con Dembélé es Xavi Hernández. El entrenador ha dado la cara por el futbolista en dos ocasiones, en su presentación, cuando pidió públicamente la renovación de Dembélé, y en la rueda de prensa de este martes, cuando intentó quitar hierro al asunto afirmando que todo se debía a la lógica de las negociaciones. La respuesta de Dembélé ha sido reírse de él diciéndole unas cosas y luego haciendo lo contrario.

Ousmane Dembele Europa Press

Ousmane Dembélé, jugador del Barça / Europa Press

Dembélé engañó a Xavi y a Laporta

Y es que Dembélé lleva semanas diciendo que se quiere quedar en el Barça, que su sueño es triunfar en el Camp Nou. Se lo ha dicho en persona a Xavi Hernández y a Joan Laporta. Lo cierto es que todo formaba parte del plan de su representante, que le había prometido al jugador un suculento contrato. Dembélé logró convertir su continuidad en una necesidad y, a la hora de la verdad, ha usado esta ventaja para pedir unas cifras desorbitadas.

De nada ha servido explicarle detalladamente los problemas financieros del club y la necesidad de reducir la masa salarial, además de recordarle su historial de lesiones. Llegado el momento, Dembélé solo ha pensado en él mismo, sabedor de que el Barça necesita renovarlo o regalarlo si quiere inscribir a Ferran Torres.

Dembele Laporta Barca FC Barcelona

Joan Laporta, saludando a Dembélé / FC Barcelona

Dembélé está jugando con el Barça

Lo más grave de todo es que con el contrato expirando el 30 de junio, el representante de Dembélé ha decidido disminuir el ritmo de las negociaciones, una lentitud que perjudica al Barça, que antes del 31 de enero necesita cuadrar la masa salarial para inscribir a los fichajes.

Dembélé, pues, está jugando con el Barça, pues si no se va ni renueva pondrá en serios problemas al club, para después cerrar su fichaje, y a coste cero, con el equipo que quiera, y llevándose una suculenta prima de fichaje. En el Barça aceptan que quiera irse, pero no que no lo diga. Si es así, el club le facilitará ahora una salida, aunque parece que Dembélé apuesta por quedarse sí o sí. Lo que esto pueda perjudicar al Barça le importa más bien poco.

 

Imagen principal: Xavi Hernández, entrenador del Barça / EFE