Jorge Vilda ha sido destituido como seleccionador femenino y como director deportivo. El presidente interino de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Pedro Rocha, ha comunicado a Vilda su destitución en una reunión privada que se ha celebrado este martes en la ciudad de fútbol de Las Rozas. La continuidad del entrenador del equipo femenino colgaba de un hilo después de haber aplaudido el discurso del presidente de la RFEF, Luis Rubiales, en la Asamblea Extraordinaria de la Federación, y no haber dado respuesta a las demandas de las jugadoras.

La decisión de cesar a Vilda ya estaba tomada, y forma parte de una reestructuración de la organización que los presidentes territoriales, con Rocha a la cabeza, acordaron para dar respuesta a la crisis provocada en el seno de la institución por el comportamiento de Rubiales y la negativa de la selección femenina a ser convocadas hasta que hubiera un cambio de dirigentes en la cúpula de la institución.

La RFEF agradece el legado de Vilda y destaca su "conducta personal"

En un comunicado, la RFEF ha informado de la decisión y ha agradecido repetidamente a Vilda su labor al frente de la selección y los "logros" conseguidos durante su etapa. "Ponemos en valor su intachable conducta personal y deportiva, siendo una pieza clave en el notable crecimiento del fútbol femenino en España", ha subrayado la Federación. Tras repasar los triunfos conseguidos durante su etapa, que comenzó en el 2015, y que han llevado a la selección femenina "a la élite", la RFEF desea "los mejores éxitos" para su futuro y concluye agradeciendo su "extraordinario legado deportivo".

De ganar un Mundial a ser destituido en dos semanas

La figura de Vilda como entrenador de la selección ya era controvertida antes de que estallara el caso Rubiales. Quince jugadoras renunciaron el pasado septiembre a ser convocadas por la selección por su descontento con el entrenador y su forma de gestionar al equipo, especialmente después de haber sido eliminadas contra Inglaterra en la Eurocopa. Las futbolistas negaron haber pedido la destitución del seleccionador, pero las tensiones y el rechazo hacia este por parte del vestuario eran evidentes.

Posteriormente, algunas de las jugadoras accedieron a ser convocadas para el Mundial, aunque siete de ellas se mantuvieron firmes. La selección femenina se convirtió en Campeona del Mundo el pasado 20 de agosto con Vilda como seleccionador, pero su liderazgo seguía recibiendo críticas. De hecho, sus palabras tras la victoria en Sydney, en las que afirmó que eran "campeones" en vez de "campeonas" del mundo, levantaron ampollas entre la afición.

El beso de Rubiales a la jugadora Jennifer Hermoso y las presiones tanto de él como de Vilda para intentar que ella pidiera disculpas para aliviar las presiones sobre el presidente de la RFEF, aumentó la distancia entre jugadoras y entrenador. Los aplausos a Rubiales durante el discurso, en el que se negó a dimitir y aseguró que el beso había sido mutuo y consentido, fue una nueva evidencia de que el seleccionador no defendía a las jugadoras. Además, el entonces presidente de la RFEF anunció durante esa intervención que renovaría a Vilda durante otros cuatro años con un sueldo de medio millón de euros por año.

Después de que Rubiales fuera suspendido de sus funciones por la FIFA, Vilda condenó su comportamiento en un comunicado tibio que llegaba demasiado tarde y en el que se negaba a dimitir. Por todo ello, su camino al frente de la selección femenina ha llegado a su fin.