La llegada de Marcus Rashford al FC Barcelona ha generado ilusión tanto dentro como fuera del vestuario. El delantero inglés, que aterrizó en calidad de cedido este verano procedente del Manchester United, ha mostrado desde el primer día una actitud impecable, implicándose en cada entrenamiento y con un discurso ambicioso. Pero la realidad competitiva del Barça de Hansi Flick es otra, y ganarse un sitio en el once titular no será nada fácil para él.
A día de hoy, el técnico alemán tiene muy claras sus prioridades en ataque. Lamine Yamal, estrella indiscutible del equipo, es inamovible en la banda derecha, mientras que Raphinha se ha consolidado en la izquierda tras una gran temporada pasada. La conexión entre ambos, además, fue clave en la consecución del triplete doméstico y Flick no tiene intención de tocar lo que funciona.
Un papel de rotación… pero importante
Así las cosas, el rol de Rashford apunta a ser el de revulsivo y jugador de rotación, especialmente en un curso cargado de partidos entre Liga, Champions, Copa del Rey y Supercopa. Desde el cuerpo técnico tienen claro que necesitarán fondo de armario y jugadores que puedan mantener el nivel cuando las piernas de los titulares empiecen a acusar el desgaste.
Rashford lo sabe. Aunque su deseo es tener protagonismo, también entiende el contexto. A sus 27 años, llega al Barça tras una temporada irregular en Inglaterra, marcada por problemas físicos y falta de continuidad. Flick cree que todavía puede recuperar su mejor versión, pero no está dispuesto a regalar minutos. El rendimiento diario marcará su espacio en el equipo.
Una oportunidad que llegará
La confianza en el inglés es real. Desde la dirección deportiva y el cuerpo técnico ven en él un perfil diferente a lo que ya tiene el equipo: más vertical, con olfato de gol y capacidad para atacar los espacios, especialmente útil en partidos cerrados o en escenarios donde el Barça necesite romper defensas con velocidad. Además, no se descarta que pueda tener minutos como delantero centro en determinados contextos tácticos.
La temporada es larga y Flick es consciente de que no puede cargar todo el peso ofensivo en dos o tres nombres. Por eso, aunque hoy Rashford parta desde la segunda fila, tendrá sus oportunidades para demostrar que puede ser más que un jugador de rotación.
En el Barça no se duda de su talento. Pero el mensaje es claro: aquí hay que ganarse cada minuto. Rashford lo va a tener difícil… pero también está preparado para el reto.