El FC Barcelona vivió una noche plácida en el Estadi Johan Cruyff con el 6-0 ante el Valencia, pero más allá del resultado, una de las grandes noticias fue el rendimiento de Marcus Rashford. El inglés firmó sus mejores minutos desde que llegó al club este verano y envió un mensaje claro a Hansi Flick: si juega, debe hacerlo escorado a la izquierda, nunca como ‘9’.
Rashford se mostró desbordante, incisivo y desequilibrante por banda. Fue un constante dolor de cabeza para la defensa rival, generó ocasiones de peligro y culminó su actuación con una asistencia. A este nivel, el atacante puede convertirse en una pieza clave para el Barça.

El debate sobre su posición
Desde su llegada, Flick había probado a Rashford en diferentes roles ofensivos. En algunos partidos lo utilizó como delantero centro, buscando aprovechar su velocidad al espacio y su potencia física. Sin embargo, los resultados no habían sido los mejores: se le veía incómodo y poco participativo.
Ante el Valencia, en cambio, quedó claro que su hábitat natural es la banda izquierda. Allí encontró espacios para encarar, acelerar y sacar ventajas en el uno contra uno. Sus diagonales hacia dentro y su conexión con Ferran Torres y Fermín generaron constantes superioridades que dinamitaron a la defensa ché.
Un recurso ofensivo de primer nivel
El Barça necesita variantes ofensivas esta temporada, especialmente con las bajas de Lamine Yamal y las rotaciones que Flick planea realizar. En este contexto, Rashford puede ser un recurso de primer nivel. Su desborde, su zancada y su capacidad para asistir o finalizar aportan un perfil distinto al resto de atacantes.
La asistencia que regaló frente al Valencia fue la guinda a una actuación que convenció al cuerpo técnico y al vestuario. Los propios compañeros destacan que se le ve cada vez más adaptado al ritmo de juego del Barça y más confiado en sus decisiones.

Un aviso al entrenador
Con este nivel, Rashford se gana un sitio en los planes de Flick. El inglés ha dejado claro que no quiere ser un simple recurso puntual, sino un jugador protagonista. Eso sí, su condición es evidente: para rendir, necesita jugar escorado en banda.
El técnico alemán tiene ahora el reto de encajarlo en un ataque donde también están Raphinha, Ferran Torres y el propio Lamine cuando regrese. La competencia es feroz, pero actuaciones como la del Valencia refuerzan la idea de que Rashford puede ser diferencial.
En definitiva, el inglés ha hablado sobre el césped. Si Flick quiere ver al mejor Rashford, debe darle la banda izquierda.