22 partidos consecutivos sin perder. La racha de imbatibilidad del Barça empieza a otorgarle un cierto aire de campeón de Liga. La solidez del equipo pasará este domingo una de las pruebas más duras de la temporada en Villarreal (20.45 horas / Movistar Partidazo). El Estadio de la Cerámica medirá la competitividad de Leo Messi y compañía, que tendrán que demostrar que el empate contra el Celta de Vigo en Camp Nou fue un accidente.

Golpe a la Liga

El Barça necesita demostrarse que puede seguir sumando y gustando. El juego del equipo, en discusión después de los últimos partidos, tiene que empezar a crecer para dejar de depender de las individualidades. Ernesto Valverde sigue basando su buen inicio en la defensa. Y ahora, como visitante, tiene que dar un paso adelante. Una de sus asignaturas pendientes es ganar en los campos de la burguesía de la Liga. Los empates contra el Atlético de Madrid y el Valencia son los dos precedentes al partido contra el Villarreal.

Las rotaciones contra el Sporting de Portugal en la Champions permiten que muchos titulares lleguen ligeros de equipaje. Messi y Ter Stegen volverán a ser la bandera de un Barça que podría optar por cubrirse de nuevo las espaldas, variando el tradicional 4-3-3 por un 4-4-2. Paulinho está respondiendo a la confianza de Valverde, que lo sitúa en la punta del rombo del medio del campo, por detrás de los delanteros. La baja de Andrés Iniesta convierte el despliegue físico del brasileño en un imprescindible contra los rivales que no renuncian a la pelota.

El gran problema del Barça es central. La lesión muscular de Samuel Umtiti contra el Celta dejó huérfana una posición con un único padre: Gerard Piqué. Thomas Vermaelen volverá a ser titular y pondrá a prueba su fiabilidad, a la espera de la vuelta de Javier Mascherano.

Un rival muy incómodo

El Barça no pierde en Villarreal desde el 2007. Pero este dato no hace justicia a las dificultades que han pasado los blaugrana para superar en los últimos años a uno de los pocos equipos que les ha discutido, con acierto, la posesión de la pelota. El submarino amarillo, sobrenombre de los valencianos, es sinónimo de buen fútbol.

Javi Calleja ha conseguido reanimar la plantilla después de un inicio titubeante. El exfutbolista, ahora en el banquillo, ha conseguido que el equipo recupere las constantes vitales, perdidas con Fran Escribá. Calleja ha mejorado todos los números del Villarreal, que vuelve a desplegar un fútbol alegre y vistoso. La presión alta, el juego vertical y las llegadas de los lateral son algunos de sus señas de identidad.

Los delanteros son los primeras defensas. Y eso beneficia a Cedric Bakambu, pichichi con 9 goles en 13 partidos. Además, futbolistas como Rodri o Manu Trigueros se encargan de mover el equipo desde el medio del campo.

El Villarreal domina diferentes tipos de registros, pero esta noche tendrá que sobreponerse a las bajas. Alguna de ellas muy significativa. Pablo Fornals está descartado después de desmayarse en el entrenamiento y Carlos Bacca y Nicola Sansone no se han recuperado a tiempo de sus problemas musculares.

El 11 de El Nacional

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