Portugal se verá las caras con Polonia en los cuartos de final de la Eurocopa. Un solitario gol de Cuaresma en el minuto 116 de la prórroga eliminó Croacia en un partido que pasará a la historia como uno de los más aburridos de la competición.

Portugal se sabía inferior y su entrenador introdujo hasta cuatro cambios al once inicial para contrarrestar las virtudes del juego de los Modric, Rakitic, Perisic y compañía. El guion del partido era claro: Croacia tendría la iniciativa a través de la pelota y Portugal esperaría recogida una oportunidad al contragolpe.

Los jugadores de Ante Cacić, muy reforzados después de superar a España, planteaban una presión alta, dificultando la salida de pelota de la defensa portuguesa. Sin embargo, los de Fernando Santos demostraban con combinaciones y asociaciones que tenían el nivel técnico suficiente para plantear un partido diferente.

La primera gran ocasión del partido la tuvo Pepe. El central del Real Madrid remató con la cabeza un centro lateral que se marchó fregando el travesaño del portero croata Danijel Subasic. La respuesta no tardó en llegar e Ivan Perisic, el hombre más incisivo de la delantera de Croacia, estuvo a punto de marcar el primer gol en un disparo desde fuera el área.

El medio del campo de Portugal cortocircuitó el juego croata, que ofreció su peor cara en esta Eurocopa. Cristiano Ronaldo y Nani hacían más trabajo defensivo que ofensivo y en el apartado de contención brillaba Adrien Silva, sombra permanente de Luka Modric.

El miedo a perder

El partido consumía los minutos con desgana. Las dos selecciones asumían roles muy marcados que no abandonaban por el miedo a la improvisación. A Portugal le venía bien seguir con vida a medida que se acercaba el final y la entrada en el campo del joven Renato Sanches le insufló aire al juego de la selección.

La mejor ocasión del partido llegó al minuto 61. El central croata Domagoj Vida acertó en rematar una falta lateral de Ivan Rakitic pero su cabezazo, en la frontal del área pequeña, se fue desviado. Portugal se quiso sacar el sueño de las orejas y se encontró con una Croacia menos fresca y que llegaba un segundo tarde en todas las pelotas.

La prórroga como consecuencia

Las dos selecciones firmaban a pies juntillas llegar a la prórroga. Y así fue. El tiempo corría sin que ningún jugador destacara por encima del resto. Quedaba la esperanza de una acción brillante para desnivelar la balanza pero la agónica espera sólo conducía a un final. Un final que se alargaría treinta minutos más.

El partido pasará a la historia como uno de los más aburridos de la historia de las Eurocopas. Ni un solo disparo a puerta en 90 minutos y más faltas que ideas. El espectáculo que se vivió durante la prórroga todavía hizo más decadente la eliminatoria. Ni una sola ocasión clara, mediocampismo sin control e imprecisiones sucesivas eran la tónica de una prórroga que se decidió en el minuto 116.

Perisic remató al palo de Rui Patricio, y al contragolpe, Portugal sentenció la eliminatoria. El portero Subasic detuvo el disparo cruzado de Cristiano Ronaldo pero el rechazo, muerto en la frontal del área pequeña, lo cazó a placer Ricardo Quaresma para marcar el único gol del partido.