Este domingo el estadio Bruno Nespoli de Olbia será el escenario de un atardecer de fútbol muy especial. Cerdeña y Córcega, dos islas vecinas pero pertenecientes a países distintos, se enfrentan en un partido histórico.

El de esta tarde será el primer partido internacional de Cerdeña, que hasta ahora sólo había podido disputar un amistoso contra una selección de futbolistas extranjeros establecidos en la isla.

Esta vez, sin embargo, el duelo será de un nivel mucho más alto. El seleccionador de la isla italiana, Bernardo Mereu, ha convocado jugadores como Alessandro Deiola y Simone Aresti del Cagliari -equipo de la Serie A- o Robert Acquafresca, ex del Levante.

El entrenador de Córcega, sin embargo, también ha podido seleccionar futbolistas de gran categoría. En la lista de Jean-Michel Cavalli están, entre otros, Rémy Cabella (Saint-Étienne), Yannick Cahuzac (Toulouse) o Nicolas Penneteau (Charleroi).

La anécdota de la jornada la podría protagonizar el Presidente en el exilio, Carles Puigdemont. El primer ministro corso, Gilles Simeoni, lo invitó a asistir al partido el pasado 22 de abril, pero nada hace pensar que finalmente Puigdemont viaje hasta Olbia para presenciar el enfrentamiento entre dos islas que, como Catalunya, quieren decidir su soberanía.

Todo, con el objetivo de homenajear a Edmond Simeoni y Antoni Simon Mossa, políticos y teóricos del nacionalismo corso y sardo respectivamente. Aunque algunos nieguen la realidad, una vez más se hace patente que el fútbol también es política.