El Mundial de Clubes es ahora el nuevo centro del universo futbolístico. Hasta el próximo 13 de julio, grandes atracciones como PSG, Real Madrid, Bayern de Múnich o Atlético de Madrid buscarán sumar un título más a su temporada. Estados Unidos acoge la cita, y con tal de que los partidos se puedan ver en Europa, las horas designadas por la FIFA son intempestivas para la práctica del fútbol en pleno mes de junio.
El primer protagonista de renombre en debutar fue el Bayern, que se vio las caras contra el Auckland a las 12:00 horas de este domingo (hora local) y retransmitido a las 18:00 horas (hora peninsular). El conjunto alemán no tuvo piedad del débil equipo neozelandés y le endosó un contundente 10-0 sin despeinarse, pero quienes sí que tuvo que pisar el acelerador fue el PSG de Luis Enrique. A pesar de pasar por encima del Atlético de Madrid (4-0), algunos de los portavoces del gigante francés fueron los principales artífices de lo que, a medida que avance la competición, se convertirá una bola de nieve cada vez más grande: las quejas por el calor.

Luis Enrique y Marcos Llorente no se muerden la lengua: "Tenía los dedos de los pies que me dolían las uñas"
El duelo entre colchoneros y parisinos era uno de los marcados en rojo de la fase de grupos del Mundial de Clubes. Dos grandes como el Atlético de Madrid y el PSG se enfrentaban a las 17:00 horas en el Rose Bowl de Florida bajo nada más y nada menos que 30° de temperatura ambiente, un 60% de humedad y una sensación térmica de 38°.
El partido, como no podría ser de otra manera, tuvo menos ritmo de lo habitual por el abrasador calor que hizo durante la tarde, y al completarse los 90 minutos, sus principales protagonistas no se mordieron la lengua. Marcos Llorente, directamente, dejó claro que "es imposible", que "es un calor terrible" e, incluso, explicó que "yo tenía los dedos de los pies que me dolían las uñas". En este sentido, el madrileño concretó que "no podía frenar y arrancar", afirmando que jugar a estas horas "es increíble", pero que "como es para todos igual", pues "no hay queja".

Luis Enrique, por su parte, y como en él es habitual, adoptó un tono más irónico en sus críticas: "El partido ha estado claramente marcado por la temperatura. Está muy bien el horario para que en Europa lo vean, pero los equipos se resienten", sentenció. Y es que, en vista de que las condiciones climatológicas afectaron de manera innegable a los protagonistas y al espectáculo en general, queda demostrado, de nuevo, que el negocio está por encima de los futbolistas.