El 7 de junio de 2015, la historia del Club Atlético Osasuna cambió para siempre en Sabadell. Aquella tarde, el club rojillo estuvo a punto de caer en el abismo y se salvó gracias a un milagro, un gol de Javi Flaño que jamás ningún aficionado del club navarro podrá olvidar. Después de 11 temporadas en la Primera División, la temporada 2013/14 el Osasuna bajó a la categoría de plata, un descenso que fue acompañado de un cambio en la presidencia, con la entrada de Luis Sabalza, el todavía hoy presidente. El club mantuvo una plantilla de gran nivel, para volver lo antes posible a la Primera División, con jugadores como Mikel Merino, Roberto Torres, Nino, Sisi o Nekounam, con Enrique Martín en el banquillo.

Como suele pasar, sin embargo, el equipo no se adaptó a una categoría durísima como la Segunda División y ya desde el primer momento se vio que algo no iba. Osasuna fue cayendo en la clasificación, encadenando malos partidos, hasta llegar al final de la temporada con el agua al cuello. A falta de una jornada, el equipo rojillo necesitaba puntuar contra el Sabadell, que no se jugaba nada, pues ya estaba descendido. Una derrota, unida a una victoria del Racing de Santander, le condenaba no solo al descenso a la Segunda División B, sino posiblemente a la desaparición. La situación, pues, era desesperante, una presión que pasó factura a los jugadores.

El milagro de la Nova Creu Alta

El inicio del partido fue un auténtico desastre y en solo 17 minutos el Sabadell ya ganaba por 2-0, gracias a los goles de Collantes y de Aníbal. En Albacete, además, el Racing ganaba, por lo que Osasuna estaba en la 2ªB. Y no solo eso, ya que Asier Riesgo evitó el tercero de los arlequinados en varias ocasiones ante un rival que parecía haberse rendido. A pesar del mal juego, en el minuto 77 llegó una leve luz de esperanza con el gol de David García, aunque el partido se fue al descuento sin que ocurriera nada más. En el tiempo añadido, sin embargo, llegó el milagro, un gol de Javi Flaño que pasó directamente a la historia del Osasuna. El partido, de hecho, se alargó mucho más, ya que con el 2-2 varios aficionados rojillos invadieron en césped de la Nova Creu Alta de Sabadell.

Osasuna salvó la categoría, en detrimento del Racing de Santander, y solo una temporada después logró volver a Primera. Volvió a bajar, pero al año siguiente ascendió de nuevo, hasta conseguir estabilizarse en la máxima categoría. Lleva 3 temporadas seguidas terminando en la zona media de la tabla, sin sufrir, y este curso va camino de mejorar su rendimiento, ya que tiene opciones de clasificarse para Europa. El colofón, sin embargo, será la final de la Copa del Rey contra el Real Madrid, la segunda oportunidad de ganar el trofeo después de perder contra el Betis en la final del 2005.

Un recuerdo inolvidable

Aprovechando lo que para muchos aficionados rojillos es el partido más importante de la historia de Osasuna, el de la salvación milagrosa en Sabadell, el club navarro ha decidido llevar a cabo una curiosa campaña publicitaria para la final de la Copa del Rey. Osasuna ha instalado unas pancartas alrededor del estadio de la salvación, la Nova Creu Alta de Sabadell, en las que se pueden leer varios lemas, tanto en castellano como en catalán. El más impactante, "Osasuna es alma, alma y alma", una mítica frase que pronunció el recordado Michael Robinson, exjugador del equipo navarro, fallecido ahora hace 3 años.

Con esta campaña, Osasuna quiere rememorar un empate que no solo salvó la categoría, sino la existencia del club, pero también pedir el apoyo para la gran final de la Copa del Rey de Sevilla, contra el Real Madrid, un partido que podría entrar en la historia de los partidos más importantes de Osasuna, un encuentro para ser recordado por siempre.