En plena polémica de la catalanidad de Gerard Piqué contra su compromiso con la selección española de fútbol, ​​el central catalán ha aparecido en rueda de prensa para calmar los ánimos. "Es imposible poner en duda mi compromiso", aseguró como una de las principales razones para seguir jugando con España. Pero también confesó que "el independentista no está en contra de España" y ha hablado abiertamente sobre la independencia de Catalunya.

Independencia de Catalunya

Sin querer decantarse sobre si está a favor o en contra de que Catalunya se convierta en un Estado independiente, el futbolista del Barça ha explicado que él es una "figura global" y tampoco importa su posición. "Catalunya es como el hijo de 18 años que quiere irse de casa. O España dialoga o el niño se irá", relató en modo de historia para que todo el mundo lo entienda.

A todo ello, ha certificado que cualquier independentista, a estas alturas, puede representar perfectamente a España. "Yo creo que un independentista podría jugar en la selección española", ha reafirmado, aunque a estas alturas no se ha planteado un futuro que se tuviera que decidir entre los dos países: "Si jugar con Catalunya o con España es algo que no me he planteado, pero supongo que habría un proceso de unos dos o tres años y yo ya no debería decidir".

Unas palabras que ha argumentado ejemplificándolo con sus dos hijos: "Mis hijos son colombianos, libaneses, catalanes y españoles. Vivimos en un mundo en el que los países ahora son lo de menos", afirmó.

Más allá de todo, ha querido añadir que aún sigue pensando que las dos naciones separadas "serían más débiles al inicio", pero ha defendido en todo momento el derecho de los ciudadanos a decidir su futuro.

Junto al referéndum

"No me arrepiento de nada de lo que dije el domingo, porque es lo que siento. Es imposible que todos pensamos igual", valoró respecto sus palabras cargando contra la brutal represión policial vivida en Catalunya y toda la jornada pacífica para votar, que terminó dando la vuelta al mundo. "Yo estoy a favor de votar, pero respeto a otros que piensen que no podemos votar como Rafa Nadal. Con respeto y diálogo siempre se llega a buen puerto", ha seguido diciendo respecto al referéndum del pasado 1-O.

"Al final todos somos personas y todos tenemos nuestras opiniones por nuestro entorno. Es imposible que todos pensamos igual", explicó sobre el hecho de defender Catalunya. "Mi opinión no importa. Hay una parte de España que quiere irse. Lo que importa es que los políticos hablen y hagan el trabajo", ha seguido diciendo Piqué en un discurso que se ha alargado en media hora en la sala de prensa de la Ciudad de Fútbol de Las Rozas.

Pero su opinión y su discurso lo ha complementado con los consejos que le hacen desde fuera, para que deje una polémica que no hace más que perjudicarlo en su carrera internacional. "Hay gente que me aconseja que no hable más de política, pero simplemente he dicho que la gente tiene que votar: sí, no o en blanco", ha concluido.

Relación Catalunya-España

"Hay un problema político muy grave en España. Se encuentra una solución con diálogo o eso cada vez irá a más", aseguró en referencia a los mandatarios políticos tanto catalanes como los españoles. Piqué ha defendido que "el diálogo lo puede conseguir todo".

Otro de los temas que se han tratado ha sido el discurso del rey Felipe VI. "¿El mensaje del Rey? Estábamos jugando a "la pocha" y no lo vi...". Unas palabras que ha acompañado del lamento de que una de las principales figuras españolas de cara al mundo no hubiera ni hecho mención a las más de 800 víctimas que sufrieron la dura actuación los cuerpos policiales españoles.

Problemas en la selección española

Pitado e insultado desde que llegó a la concentración del combinado español en Las Rozas, esta vez no se ha querido quedar callado. "No me gusta que la gente de la selección esté en tu contra, ni recibir insultos ni nada", explicó.

"Yo me quiero ir de la selección española de la mejor manera posible", pero también es cierto que "me he planteado hacer un paso al costado". Sin embargo, un Piqué reflexivo valoró que "irme ahora sería dar la razón a los que  silban, que no creo que sean mayoría en España".

"La gente que dude de si silbarme que me escuche. Me duelen los silbidos por mis compañeros, ellos no se merecen vivir esta experiencia". Esta ha sido una nueva declaración de intenciones para que no queden perjudicados los otros futbolistas de La Roja. "Tendemos a llevarlo todo al fanatismo o sentimentalismo. Somos un grupo de gente que queremos ganar para que España pueda ganar", añadió.

Todos ellos son futbolistas y personajes públicos muy influyentes, capaces de crear admiradores y detractores, pero "entiendo que muchos futbolistas no hablen de política: es un problema". Y por encima de todo ha querido dejar claro que quiere que lo entiendan: "Quiero que sean comprensivos conmigo si quiero expresar lo que siento. ¿Por qué cualquiera puede opinar y el futbolista no?".