Una de las sensaciones de estos Juegos Paralímpicos de Río 2016 ha sido el jugador de tenis de mesa Ibrahim Hamadtou. El egipcio de 43 años es un claro ejemplo de superación por el hecho de jugar a un deporte que se juega con las manos y él tiene los dos brazos amputados.
Con diez años y por culpa de un accidente de tren perdió los dos brazos. Desde entonces se propuso que nunca se rendiría y adoptó el lema 'Never give up'. Con trece años empezó a jugar al ping-pong, pero ninguna manera le acabó de convencer hasta que aprendió a jugar con la boca.
Debutando en unos Juegos Paralímpicos en Atenas 2004, ha vuelto a disputar unas Olimpiadas en Río de Janiero. Su participación ha sido lo de menos ya que no ha ganado ningún partido en el cuadro individual ni en el de equipos. A pesar de eso en los dos partidos jugados en individualmente ha conseguido hacer 31 puntos, una cifra impresionante a pesar de las adversidades.
Un ejemplo a seguir
Una referencia por la capacidad de superación, ha sido el protagonista de varias campañas de concienciación y fue anunciado como 'modelo a seguir' en una campaña de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
La historia de Ibrahim Hamadtou
Un modelo, un héroe o un deportista. Hamadtou siempre dice que "la discapacidad no está en los brazos o piernas: la discapacidad es no creer en lo que tú quieres hacer".