En el Barça se está echando de menos la presencia de un jugador en la parcela ofensiva que pueda generar peligro y marcar las diferencias, y crear ocasiones para Robert Lewandowski, quien está totalmente desconectado del juego del equipo, al no recibir balones. Un rol que debería de asumir Pedri González, pero le estamos viendo muy lejos de su mejor versión, debido a las constantes lesiones que le han perseguido durante los últimos años.
Tampoco están funcionando Raphinha o Joao Félix, que son demasiado irregulares, especialmente el brasileño. Por su parte, Lamine Yamal no acaba de tener el protagonismo esperado, y en muchos partidos se le ve excesivamente nervioso e impresciso. Y cada vez se está demostrando más que Xavi Hernández no se equivocaba cuando colocaba a Bernardo Silva en la lista de objetivos prioritarios, y le señalaba como un refuerzo necesario.
Insistió durante mucho tiempo con la llegada del astro del Manchester City, y la realidad es que estuvo muy cerca de concretarse. En especial, en verano de 2022, cuando Mateu Alemany y Joan Laporta dejaron un acuerdo cerrado con el futbolista y con su agente, Jorge Mendes, para que se incorporara al Camp Nou. Todo parecía estar a punto de concretarse, pero Pep Guardiola no permitió su fuga, y solicitó una cifra muy elevada, de unos 80 millones de euros.
Un precio que el Barça no podía pagar después de haber gastado ya todo el presupuesto que tenían disponible. Y una historia similar se repitió este año, aunque directamente no hubo posibilidades, pues los ingleses en ningún momento accedieron a negociar por el ex del AS Mónaco y del Benfica, que había sido vital para la conquista de la primera Champions League en la historia de la entidad. Y acabaron ampliando su contrato por varios cursos más.
Xavi estaría encantado de poder tener a Bernardo en sus filas, pero lamentablemente no ha sido posible por culpa del entrenador de Santpedor, que no quería quedarse sin uno de los líderes del proyecto.
Silva, ¿una oportunidad para 2024?
Aunque en el Barça siguen sin olvidarse de Silva, y pueden tener una nueva oportunidad para reclutarlo el próximo año, en 2024. En ese momento, se activará una cláusula de rescisión que le permitiría cambiar de aires por un coste muy accesible, de unos 65 ‘kilos’.
¿Podrá pagarlos esta vez el combinado presidido por Laporta? Xavi espera que por fin puedan llevarse el gato al agua.