Cara y cruz lo que ha vivido esta noche el tenis español al ver cómo Rafa Nadal se ha clasificado por la puerta grande en la final del Open de los Estados Unidos. El tenista manacorense se enfrentará al sudafricano Kevin Anderson, que ha derrotado en semifinales al asturiano Pablo Carreño.

Es cierto que las ausencias por lesión en el último torneo de Grand Slam de la temporada del serbio Novak Djokovic, el escocés Andy Murray y el suizo Stan Wawrinka, que no ha podido defender el título de campeón, han hecho que el cuadro no fuera tan competitivo. Pero eso no le resta méritos al excelente momento de juego por el cual atraviesa Nadal, actual número uno del mundo, después de tres años de ausencia, ni a la lucha permanente de Anderson, que a sus 31 años, consigue el sueño de disputar su primera final de un Grand Slam.

Aunque para conseguirlo tuviera que eliminar a Carreño, el joven de Gijón de 26 años, que también ha hecho historia personal al llegar por primera vez en una semifinal del Open de los Estados Unidos y de un torneo de Grand Slam. Pero la gran estrella y triunfador de la noche ha sido Nadal que ha conseguido su objetivo de jugar su cuarta final en Flushing Meadows y buscar su tercer título de campeón.

Nadal ha dejado en el camino ni más ni menos que al argentino Juan Martín del Potro. El manacorense ha derrotado por 4-6, 6-0, 6-3 y 6-2 en dos horas y 30 minutos de partido con su mejor tenis, tanto en estrategia, golpes llenos de seguridad y magia, y sobre todo de un dominio completo en cada una de las facetas del juego. Esta vez también el poder físico estuvo del lado de Nadal. Del Potro, su verdugo en la semifinal del 2009, no ha tenido respuesta a partir del segundo siete.

Ahora en la final, las estadísticas no dejan ninguna duda del favoritismo de Nadal, cada vez más estrella en pista dura. En los cuatro enfrentamientos anteriores con Anderson los ha ganado, incluido el partido de octavos de final del pasado torneo del Barcelona Open Banc Sabadell.