Leo Messi se fue del FC Barcelona muy dolido y mordiéndose la lengua en la rueda de prensa de despedida. Le habían prometido la renovación y, a última hora, y tras mostrar públicamente su apoyo a la nueva directiva, todo se vino abajo, una decisión inesperada que sentó muy mal al astro argentino.

Y es que el entorno de Leo Messi sigue negando que la salida del jugador del FC Barcelona sea por motivos estrictamente económicos, si no que consideran que el Barça aprovechó el tema de la masa salarial para sacárselo de encima, la única manera posible para no provocar un cisma entre la afición y el club. Y es precisamente por este motivo por el cual Leo Messi ha decidido no perdonarle ni un euro al Barça. Y es que el club le debe al argentino 52 millones de euros en atrasos.

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Leo Messi y Joan Laporta / EFE

52 millones de euros diferidos

La temporada pasada, en plena pandemia del coronavirus, Leo Messi aceptó diferir parte de su salario, para ayudar al Barça, muy tocado económicamente. En total, Messi dejó de cobrar 118 millones de euros, 66 correspondientes a la prima de fidelidad acordada hace años con Bartomeu, cuando firmó su última renovación, y 52 millones más referentes a salario que Messi aceptó cobrar más adelante para no colapsar la maniobrabilidad económica blaugrana. 

Ya antes de la salida de Bartomeu, el club le pagó a Messi la mitad de la prima de fidelización y, ya con Joan Laporta en la presidencia y antes de la finalización del contrato, el Barça hizo efectiva la otra mitad del pago, tal y como estaba acordado. Messi expiró su contrato el 30 de junio, pero entendiendo que acabaría siendo renovado, el argentino decidió no reclamar nada de los 52 millones que todavía le adeudaban.

Messi despedida barça EFE

Messi, en su despedida como jugador del Barça / EFE

Leo Messi, muy molesto con el Barça

Faltaban todavía por pagar, pues, los 52 millones que Leo Messi dejó de cobrar, un dinero que en un primer momento el argentino tenía previsto perdonarle al club como parte de la rebaja salarial acordada para la firma de su nuevo contrato. Messi había decidido ayudar económicamente al club y consideraba que este gesto sería bien acogido por todo el mundo y que sería un ejemplo para el resto de cracs del equipo.

Todo cambió en el momento en el que el Barça le comunicó a Jorge Messi que finalmente su hijo no iba a recibir ninguna oferta y que era libre para firmar con el club que quisiera. La incredulidad y pena inicial mientras tenía que acordar su paso al PSG en un tiempo récord desembocó en un enorme enfado, hasta el punto de que Leo Messi, que no se cree que su salida sea por motivos económicos, haya decidido recamarle al Barça los 52 millones que le debe. Messi, eso sí, va a dar todas las facilidades de pago por su estima al club, pero ya ha hecho saber que no piensa perdonar ni un solo euro.

 

Imagen principal: Leo Messi, jugador del PSG / EFE