El de siempre, Leo Messi, ha tenido que aparecer para desencallar un derbi flojo entre el Barça y el Espanyol (2-0). El duelo táctico se lo ha llevado justamente el conjunto blaugrana en el tramo final del partido contra un rival que ha tenido una buena resistencia.

Enfriando los ánimos

Gerard Piqué ya se había encargado de calentar la previa con unas sonadas declaraciones refiriéndose al Espanyol. Días que preparaban el escenario de un duelo tenso. Pero una vez la pelota ha empezado a rodar, todo ha cambiado.

El Barça ha puesto el fútbol y el control, con Leo Messi que se ha olvidado de sus molestias en el pubis y ha hecho pasar página a los culés del parón de selecciones. Los blaugrana han tenido el dominio de la pelota, con un equipo de gala y con Luis Suárez plenamente recuperado de su lesión. Un equipo, el de Ernesto Valverde, que quería seguir la tónica iniciada por Piqué a través de goles.

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Pero les ha costado mucho de llegar porque el Espanyol de Rubi, que ya cayó goleado en el RCDE Stadium en el mes de diciembre, ha cambiado de planteamiento. Mentalidad de defensiva, con cinco hombres detrás y sin Wu Lei. La referencia, aunque con la pòlvora mojada, ha vuelto a ser Borja Iglesias.

Y si el Barça aportaba el dominio, con algún disparo desde fuera el área de Messi, Suárez o Rakitic, la insistencia no se traducía en alegría. El Espanyol, muy bien posicionado en zona defensiva, ha tenido aquel atrevimiento al contragolpe que hacía estar a los blaugrana muy atentos. Pero los blanquiazules no han creado ocasiones.

Con Messi hay suficiente

Pasaban los minutos y las diferencias se han hecho cada vez más evidentes. El Espanyol, a pesar de resistir y sentirse cómodo, ha visto cómo su seguridad se ha ido difuminando. El partido, con dos parte claramente diferenciadas, ha cambiado en el minuto 60. Entrada al campo de Malcom y Sergi Roberto por parte blaugrana, y de Wu Lei y Sergio García por parte blanquiazul. Momento de cambio radical después del control mutuo.

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El Barça nuevamente se ha encomendado a Messi para que, de falta, desencallara el duelo en el minuto 71. El argentino ha dispuesto de una ocasión a balón parado al borde del área del Espanyol, que él mismo se ha creado, y no ha fallado. Picadita a la escuadra izquierda de Diego López, imposible para el portero, y ni Víctor Sánchez puede evitar el sexto gol del '10' de falta esta temporada.

Después ha llegado la tranquilidad de los culés. El Espanyol, obligado a adelantar líneas, ha creado más peligro en los veinte minutos finales que en todo el partido. Y el Barça lo ha aprovechado para sentenciar. Messi, de nuevo, ha cerrado el partido en el minuto 89 después de una asistencia de Malcom.

El Barça sigue haciendo números y ya empieza a pensar cuándo podría ganar la Liga. El Espanyol, que se mantiene en la zona media-baja de la clasificación, continúa con doce partidos seguidos y una década sin ganar en el Camp Nou.