La situación en el Atlético de Madrid se ha vuelto cada vez más tensa para Julián Álvarez. El delantero argentino, que llegó el pasado verano como fichaje estrella procedente del Manchester City, ha vivido una temporada llena de altibajos. El proyecto prometedor que Simeone le presentó se desmoronó en la segunda mitad de la campaña, y ahora, un nuevo golpe amenaza con aumentar su descontento: la posible salida de su compatriota y amigo, Rodrigo De Paul.
Un curso decepcionante
La temporada 2024-2025 del Atlético arrancó con ilusión. El equipo llegó a proclamarse campeón de invierno, ofreciendo un fútbol atractivo y resultados sólidos. Pero tras el cambio de año, todo se vino abajo. El rendimiento cayó en picado, especialmente tras el descalabro en el Mundial de Clubes, donde el equipo quedó eliminado de forma temprana sin haber reforzado la plantilla.
Uno de los momentos más duros para Julián fue la eliminación ante el Real Madrid en la Champions League, en una tanda de penaltis donde erró un lanzamiento clave. Ese fallo dejó una herida profunda en el vestuario y en el propio delantero, que no ha conseguido levantar cabeza desde entonces. La falta de títulos, la presión y el entorno frustrado han marcado su primera experiencia como rojiblanco.
La posible salida de Rodrigo De Paul, un nuevo varapalo
Ahora, el Atlético está inmerso en una renovación de plantilla que podría culminar con la salida de Rodrigo De Paul, uno de los pilares emocionales y personales para Julián en el vestuario. La directiva pretende traspasarlo este verano por unos 25 millones de euros, y aunque el jugador desea quedarse, las intenciones del club parecen firmes.
De Paul ha disputado 53 partidos esta temporada, con 3 goles y 10 asistencias, y sigue siendo importante para Simeone. Sin embargo, su rendimiento ha sido muy criticado, especialmente en el Mundial de Clubes, y su venta se ve como una vía para generar ingresos y liberar espacio para nuevas incorporaciones como Jonnhy Cardoso o Álex Baena.
La marcha de De Paul sería un mazazo anímico para Julián Álvarez, que ya empieza a mostrar signos de frustración. A esto se suma el hecho de que el argentino no se siente plenamente integrado en un equipo en reconstrucción, sin garantías de competir al más alto nivel a corto plazo.
¿Oportunidad para el Barça?
Ante este escenario, el FC Barcelona observa con atención. El club azulgrana ve con buenos ojos una posible operación por Julián Álvarez a medio plazo. No se plantea un movimiento inmediato, pero si el delantero empieza a pedir una salida en los próximos meses, el Barça estaría bien posicionado para ofrecerle una alternativa competitiva y con aspiraciones.
Verano clave
En definitiva, el Atlético se enfrenta a un verano crucial. La salida de Rodrigo De Paul podría desatar un efecto dominó que afecte también a Julián Álvarez. Si el club no logra reforzarse con garantías ni convencer al delantero de que el proyecto sigue vivo, el futuro de Julián en Madrid podría estar más en entredicho de lo que parece. Y el Barça, siempre atento a las oportunidades, ya toma nota.