La previa del partido de la vuelta de las semifinales de la Champions League entre el Inter de Milán y el Barça ha sido marcada por la polémica designación arbitral. Como colegiado principal, el escogido ha sido Marciniak, uno de los más reputados por la UEFA, pero que cuenta con unos precedentes sospechosos en contra del Barça y a favor del Real Madrid. El más reciente, el escandaloso penalti anulado a Julián Álvarez por doble toque en la tanda contra el Madrid. En la sala VAR, en cambio, Pol van Boekel, quien fue protagonista de la última derrota blaugrana en el Giuseppe Meazza con dos decisiones inexplicables que condenaron a los hombres de Xavi a la Europa League.

Marciniak, permisivo y dando alas al juego sucio del Inter de Milán

Pues bien, la historia se ha repetido en estas semifinales de la Champions League. Y es que Marciniak ha lastrado el juego del Barça desde el primer minuto. En la primera jugada de Lamine Yamal, ha quedado claro: doble falta de Dimarco, su marcador, que se ha quedado en una simple ley de la ventaja que ha acabado con la pelota para el Inter. Una falta de amarilla que no se ha saldado ni siquiera con pelota para el Barça. Desde aquel momento, ha sido un no parar de faltas que han encontrado la permisividad del árbitro polaco.

Esto ha provocado la desesperación del Barça, principalmente de un Pedri que no daba crédito. Pero la situación se ha agravado todavía más antes del descanso, cuando una falta de Cubarsí sobre Lautaro Martínez ha acabado con un penalti muy justo. En una primera instancia, Marciniak no había pitado nada, pero el VAR lo ha avisado y la jugada ha acabado con el segundo gol de la noche, obra de Çalhanoğlu. Al final del primer acto, tanto Hansi Flick como los jugadores culés se han comido al árbitro, que solo ha dado un minuto de tiempo añadido.

El VAR evita un penalti de Çalhanoğlu y no pita una falta a Dumfries

En la segunda parte, la polémica no ha frenado. De nuevo, con una decisión que ha perjudicado al Barça. Dani Olmo ha recuperado una pelota en campo contrario y ha dejado solo a Lamine, que iba cara a puerta. Çalhanoğlu lo ha frenado con una clara falta que ha sido pitada como penalti por Marciniak en primera instancia. Era al límite, podía estar fuera. Y el VAR ha revisado la jugada para anular el penalti. Finalmente, la falta ha acabado con un chute de Lamine Yamal que casi se envenena después de tocar Frenkie de Jong.

Y cuando parecía que el Barça se había repuesto de todo eso, cambiando a un 2-0 en contra, ha llegado una nueva decisión polémica de Marciniak. En la jugada del gol de Acerbi en el tiempo de descuento, ha habido una posible falta previa de Dumfries, el centrador, sobre Gerard Marín. El VAR ni siquiera ha revisado la jugada y el gol del empate del Inter ha acabado subiendo en el marcador. En la prórroga, el Inter ha remontado el partido y de nuevo el arbitraje ha sido decisivo, dejando jugar demasiado a un Inter que ha ido al límite. La última jugada que ha desesperado a los culés ha sido el tiempo de descuento que ha dado. Solo dos minutos y pitados sin añadir nada.