Marc Márquez no ha tenido ninguna duda a la hora de vetar dos opciones que habían sonado con fuerza para ocupar el asiento que, previsiblemente, Francesco Bagnaia dejará libre de cara a 2027. Porque cuesta creer que en el Ducati Lenovo Team tengan la intención de ofrecerle un nuevo contrato al turinés, después de un año desastroso a nivel de resultados, con un rendimiento muy alejado de las expectativas, y una actitud que ha dejado mucho que desear.
Su relación con Davide Tardozzi y Gigi Dall’Igna es más tensa que nunca, y la decepción que existe con ‘Pecco’ es evidente. Así que mucho tendrán que cambiar las cosas para que decidan darle un nuevo voto de confianza. Y ya han iniciado la búsqueda de un sustituto de garantías, un casting donde podemos encontrarnos con varios nombres propios, con dos por encima del resto. El primero de todos es el de Marco Bezzecchi.
Ha sido una de las revelaciones del curso en MotoGP, con un total de seis victorias, y unas actuaciones en la recta final que le han servido para finalizar en la tercera plaza de la clasificación general, igualando sus registros de 2023. Se ha convertido en el líder de Aprilia, aprovechando la ausencia de larga duración de Jorge Martín, y ha hecho méritos para que en la marca de Borgo Panigale se planteen recuperarlo. En esta ocasión, para aterrizar en el equipo oficial.
Pero es una idea que no cuenta con el visto bueno de Márquez. No niega el talento del ‘72’, pero el motivo que se esconde detrás de su postura es la relación que tiene con el italiano. Además, sabe que su fichaje implicaría que Valentino Rossi, que es su asesor personal, estuviera recurrentemente dentro del box de Ducati, y desea impedir esto cueste lo que cueste. Y tampoco quiere saber nada de Fabio Quartararo, aunque tenga una magnífica relación con él.
En este caso, la razón es que sabe que ‘El Diablo’ le pondría las cosas muy difíciles en la pelea por el campeonato, pues tiene un talento brutal, como ha demostrado en su etapa por Yamaha.
Márquez insiste para que asciendan a su hermano
Además, Marc sigue presionando e insistiendo a los líderes de Ducati para que apuesten por ascender a su hermano pequeño, Àlex, protagonista de un año sublime en las filas del Gresini Racing Team.
No obstante, parece que es una idea que no acaba de seducir a Dall’Igna ni a Tardozzi.