El Barça supera al Málaga sin problemas gracias a los goles de Luis Suárez y Philippe Coutinho (0-2). El equipo se sobrepone con éxito a las bajas de Leo Messi, padre por tercera vez, y de Andrés Iniesta, lesionado, con un partido sin fisuras ante el colista. La Champions League ya espera.

La Liga es una prioridad

Ernesto Valverde sigue mimando el presente para edificar el futuro. El título de Liga es su objetivo principal. No vacila con las alineaciones y la amenaza del Chelsea no condiciona su once. Las rotaciones parecen cosa del pasado. Y así lo ha demostrado en Málaga, contra el colista. Alineación titular con Ousmane Dembélé y Coutinho acompañando a Suárez, faro blaugrana ante la ausencia de Messi.

El partido en La Rosaleda podía incomodar a una plantilla que tiene la Liga en el bolsillo y ve en Europa su gran escaparate de la temporada. No es fácil seguir compitiendo como el primer día, pero el Barça quiere ser campeón lo más rápido posible. Los 56 puntos de diferencia entre los dos equipos marcaban el enfrentamiento más desnivelado de Primera División.

Ivan Rakitic y Sergio Busquets han liberado a un Paulinho que ha vuelto a lucir con metros por delante. El planteamiento del Málaga no se definía y alternativa diferentes tipos de presión. Todas sin éxito. El Barça tenía la pelota y ha aprovechado los momentos de indecisión para encauzar el partido y arrancar otra página del calendario. Jordi Alba ha encontrado la cabeza de Suárez para romper el 0-0 antes del cuarto de hora.

El Málaga, uno de los equipos con menos talento del campeonato, tenía infinitos problemas para cruzar el medio del campo e inquietar a Ter Stegen. La incapacidad siempre ganaba la partida a la voluntad. El Barça jugaba a su aire empujado por unas posesiones eternas, todas con sentido. El equipo siempre se asociaba con la portería en la cabeza. Y el público se limitaba a silbar a Gerard Piqué y enseñar banderas españolas, asumiendo que el desenlace del partido ya estaba escrito.

Una inyección de moral

El escenario se ha teñido de blaugrana dos jugadas casi consecutivas. Dembélé, más activo y acertado que nunca desde la banda derecha, ha fabricado con Coutinho uno de los goles de la jornada. El brasileño ha rematado de espuela el pase del francés para hacer el 0-2. Una obra de arte para empezar a justificar su inversión. Además, Samuel García ha hundido cualquier esperanza de remontada del Málaga con una entrada criminal sobre el tobillo de Jordi Alba. Tarjeta roja directa.

El decorado del partido era inmejorable para el Barça. Tenía 60 minutos por delante, con un hombre más y ante un rival que parecía ondear la bandera blanca. La situación era ideal para crecer en confianza con el Chelsea en la cabeza. Valverde seguía exhibiendo recursos tácticos mientras Rakitic y compañía ponían a prueba al portero Roberto como si fuera un entrenamiento.

Coutinho y Suárez asumían el peso de un Barça que se limitaba a ver como pasaban los minutos, dosificando esfuerzos y protegiendo a Ter Stegen. Siempre con la pelota. El equipo merodeaba el tercero y aprovechaba el tramo final darle descanso a futbolistas sobreexpuestos como Sergi Roberto o Alba.

El resultado final supone un paso más hacia recuperar el trono del fútbol español. Sólo quedan 10 jornadas. Y el Barça ya gana y convence sin sus padres: Messi e Iniesta.