El Real Madrid vuelve a estar allí. Los blancos se han clasificado para su tercera final de la Champions en los últimos cuatro años y aspirarán a ganar la máxima competición internacional por segunda vez consecutiva después de eliminar al Atlético de Madrid. El 2 a 1 que han conseguido los colchoneros no ha sido suficiente para remontar el resultado en contra de la ida.

El Calderón no olvida

Donde las dan las toman. La afición del Real Madrid recibió el derbi de la ida con un desagradable "Decidme qué se siente" que hacía alusión a las dos finales de Champions (Milán y Lisboa) en que el Madrid se impuso al Atlético y el Calderón ha respondido. Después de una semana movida en las redes sociales, desde donde la cuenta oficial colchonera ha ido calentando la vuelta con publicaciones acompañadas de la etiqueta #Nolopuedenentender, los hoy seguidores locales han reaccionado con un "Orgullosos de no ser como vosotros".

Creer como factor diferencial

La rebeldía de las gradas se ha traducido en un levantamiento en el terreno de juego. El equipo de Simeone es probablemente el único en el mundo que más cree cuando más adversidades y fatalidades sufre, y los locales se han encargado de demostrarlo desde que Çakir ha silbado el inicio del partido. Intensidad, fuerza y lucha; la ecuación del Atlético no es negociable si estos quieren conseguir buenos resultados, y aunque la fórmula no les promete, los aficionados prometen seguirla sean cuáles sean las circunstancias futbolísticas.

Y, de hecho, el Calderón ha llegado a soñar en una hazaña increíble. Cuando se había jugado poco más de un cuarto de hora, el marcador reflejaba un 2 a 0 que acercaba a los colchoneros a sólo un tanto de igualar la eliminatoria. Saúl, de cabeza y en un remate de córner, y Griezmann, desde los once metros después de un penalti de Varane a Torres, han adelantado al Atlético de Madrid. Creer. En eso no hay nadie que gane a los rojiblancos.

Si tienes la pelota, el rival no la tiene y, por lo tanto, no te puede hacer peligro. El Madrid sufría y no encontraba el antídoto a lo que estaba sucediendo, pero ha hecho caso de una lógica tan obvia como efectiva para culminar el trabajo iniciado en el Bernabéu. Con el esférico, los de Zidane no se han acercado a Oblak, pero al menos han quitado trabajo a Keylor Navas... Hasta que ha aparecido Benzema.

Benzema provoca una segunda parte de trámite

Si marcharse de tres rivales y servir un pase de lujo a un compañero ya tiene mucho mérito, hacerlo en una vuelta de semifinales todavía es más trascendental. Kroos no ha podido aprovechar la genialidad del delantero francés, pero Isco no ha perdonado el rechace para marcar el gol de la tranquilidad blanca. Era el final de la primera parte, pero el impacto psicológico auguraba la sentencia de la eliminatoria.

Los colchoneros no han tenido bastante con los 15 minutos de descanso para reponerse del golpe y el Madrid ha tenido en frente a un equipo desanimado. Sin la esperanza, el Atlético ha perdido fuerza y competitividad y la portería visitante no ha sufrido demasiadas inquietudes durante buena parte de la reanudación. Se allanaba el camino hacia Cardiff para los todavía actuales campeones de Europa.

Morir matando

En el Calderón no conocen otra cosa: se puede caer, pero nunca sin dejar de intentarlo. Los futbolistas de Simeone han sacado las fuerzas de donde no las tenían, y han estado cerca de volver a ver portería. Los tres goles parecían una montaña dura de escalar, pero de la mano de Griezmann, Gameiro y Correa han buscado, como mínimo, hacer las primeras pisadas del camino. Pero la mala puntería en algunos casos y el acierto de Keylor en otros ha impedido que el marcador se acabara moviendo.

Remontada frustrada. El Real Madrid será a la final de Cardiff el 3 de junio y optará a repetir título por primera vez desde que la competición cambió de formato (1992). En frente, sin embargo, tendrá una Juventus que, como el Atlético hoy, promete mucha guerra. Gales decidirá nuevo rey de Europa... O no.