El camino hacia el Mundial 2026 ya está trazado. Las ideas de Luis de la Fuente comienzan a ser claras. Sus prioridades también. Y sus descartes, aún más. Y uno de ellos llama especialmente la atención: Álvaro Carreras. El lateral del Real Madrid, uno de los jugadores más en forma del fútbol español, sigue fuera de la Selección. Y cada vez tiene menos opciones de estar en la lista definitiva.
Carreras llegó al Santiago Bernabéu este verano. Lo hizo con expectación. Y no tardó en cubrirla. Ha convencido a todos. A la afición. A la directiva. Y sobre todo a Xabi Alonso, que lo ha convertido en una pieza esencial de su proyecto. Con recorrido. Con energía. Con criterio. Su capacidad para cerrar atrás y sumar arriba lo ha situado entre los mejores laterales jóvenes del país.

Luis de la Fuente tiene clara su hoja de ruta y en ella no está Álvaro Carreras
Aun así, De la Fuente insiste en ignorarlo. El seleccionador ha preferido apostar de nuevo por Marc Cucurella y por Alejandro Grimaldo, dejando sin espacio a un jugador que ha brillado desde el primer día. Es una decisión controvertida. Difícil de entender. Y todavía más difícil de justificar viendo el nivel actual de Carreras. Pero la jerarquía pesa. Las convicciones del técnico también.
En el Real Madrid no ocultan su sorpresa. Tampoco su incomprensión. Carreras ha demostrado regularidad, madurez y una capacidad de adaptación inusual para un fichaje reciente. Ha respondido en Liga y en Europa. Ha sido seguro, intenso y constante. Para muchos, eso debería bastar para ser llamado por la Selección. Pero la lógica deportiva no siempre coincide con la lógica del seleccionador.

Cucurella y Grimaldo, intocables para De la Fuente
Su figura aporta equilibrio, velocidad y una seguridad que pocos laterales españoles pueden dar hoy en día. Además, su juventud y proyección encajan con la necesidad de renovar ciertos puestos clave. Pero De la Fuente no cambia. Para él, Cucurella es indiscutible. Grimaldo, la alternativa natural. Y Carreras, un nombre que simplemente queda fuera del radar. Al menos por ahora.
La situación genera frustración. En el club lo ven injusto. En el vestuario lo consideran incomprensible. Y en el entorno del jugador se respira cierta impotencia. Porque Carreras está rindiendo. Está creciendo. Y está demostrando que puede competir al máximo nivel. Su ausencia en la Selección es, para muchos, una oportunidad perdida. Una más.