El próximo miércoles el FC Barcelona y el PSG se verán las caras en uno de los duelos más atractivos de la Champions League. Un enfrentamiento especial para Luis Enrique, técnico del conjunto parisino y exentrenador del Barça, que llega al choque con la sensación de que su equipo parte con ventaja. El motivo es claro: los azulgranas llegan al encuentro con una serie de bajas sensibles que condicionan de manera directa la preparación de Hansi Flick.
Tres ausencias dolorosas
En apenas unas semanas, el Barça ha perdido a varios jugadores clave. El primero fue Joan Garcia, que cayó lesionado de menisco y no podrá estar bajo palos en el Parque de los Príncipes. A su ausencia se suman las de Raphinha, fuera durante tres semanas por un problema muscular, y Fermín, que también está en la enfermería. Tres jugadores que habían sido importantes para Flick y que obligan al técnico alemán a reinventar su once.

Aunque Luis Enrique nunca ha ocultado su cariño por el Barça, y ha dejado claro en más de una ocasión que le desea lo mejor al club de su vida, la realidad es que como entrenador del PSG sabe que estas noticias benefician a su equipo. No se trata de alegrarse por las lesiones, sino de reconocer que el Barça pierde piezas clave en un momento decisivo.
El Barça, obligado a reaccionar
Flick ya trabaja en soluciones de emergencia. La primera pasa por confiar en Szczesny, que será el encargado de suplir a Joan en la portería. En el ataque, el alemán apuesta por dar más protagonismo a Rashford y a Lamine Yamal, que regresa a tiempo para el duelo europeo. Además, jugadores como Ferran Torres o incluso Lewandowski deberán multiplicar sus esfuerzos para que la falta de Raphinha no se note demasiado. En el centro del campo, Olmo, Pedri y De Jong aparecen como piezas fundamentales.
Mientras tanto, el PSG de Luis Enrique atraviesa un buen momento de forma. Los franceses afrontan el duelo con confianza y convencidos de que pueden golpear primero. El técnico asturiano ha encontrado un equilibrio en su plantilla y sabe que esta es una oportunidad ideal para demostrar que siguen siendo los reyes de Europa.

Una eliminatoria de altura
Las lesiones han cambiado el guion del partido, pero la eliminatoria promete emociones fuertes. El Barça llega tocado, aunque con la esperanza de que sus jóvenes talentos den un paso al frente. El PSG, por su parte, quiere aprovechar el momento para dar un golpe sobre la mesa. Lo que está claro es que Luis Enrique se frota las manos: el escenario parece inclinarse hacia su lado, aunque sobre el césped todo puede pasar.