La costa catalana tiene 580 kilómetros de longitud y es una parte muy importando de la vida económica, social y también deportiva del país. Ahora, sin embargo, hay unas instituciones que viven un momento crítico: los clubs náuticos de playa.

El Reglamento General de Costas del Estado, articulado por el Ministerio para la Transición Ecológica, está poniendo entre la espada y la pared a varias instituciones de este tipo por todo Catalunya. Algunos, como el Club Nàutic de Cabrera, ya tuvieron que cerrar sus puertas el año pasado y actualmente los de Pineda y Canet también viven la misma situación.

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David González

El problema radica en que este reglamento establece que las instalaciones costeras destinadas a actividades deportivas de carácter náutico federado no pueden superar los 300m². Esta restricción -que por cierto, no se aplica en el mundo de la restauración- supone el fin de la gran mayoría de los clubs náuticos, indefensos ante la normativa vigente.

La Federación Catalana de Vela se rebela

Como respuesta a esta problemática, este jueves la Federació Catalana de Vela organizó una movilización delante de la Catedral de Barcelona para exigir una modificación del Reglamento de Costas.

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FCV

El acontecimiento contó con la presencia de centenares de deportistas, técnicos, sociedad civil e instituciones y también con el presidente de esta Federación, Xavier Torres, que leyó un manifiesto reclamando que se garantizara un futuro a los clubs náuticos. Esta entidad, además, denunció que aunque ha iniciado la campaña "Defendemos la Vela" y que se ha reunido con varios partidos políticos, la respuesta de estos ha sido inexistente.

El Secretario General de l’Esport, Gerard Figueras, el Director General de Polítiques de Muntanya i del Litoral, Albert Alins, la diputada de Deportes de Barcelona, Maite Fandos, y el Presidente de la Unió de Federacions Esportives de Catalunya, Gerard Esteva, también hicieron acto de presencia en la protesta.