Leo Messi y Cristiano Ronaldo volverán a escribir un nuevo capítulo de una rivalidad que pasará a la historia del deporte. Los dos futbolistas se han alternado los últimos ocho Balones de Oro. A pesar de la permanente voluntad para enfrentarlos, siempre han llevado la competencia de manera sana, sin polémica.

Los títulos y los premios individuales acumulados sirven para hacerse una idea de la dimensión de los dos futbolistas. El gran valor de Cristiano es la perseverancia y, ser coetáneo de Messi, su handicap. Cristiano es actitud y Messi, aptitud. Con esta frase se podrían simplificar las diferencias entre uno y el otro. Un matiz que tendrían que interiorizar seguidores y detractores para asimilar que son dos jugadores de perfiles distintos. 

Leo Messi

Queda muy lejos el 24 de agosto de 2005. Aquel día, Leo Messi, sin barba ni tatuajes, se presentó en sociedad con la camiseta del Barça. Era un Trofeo Joan Gamper, contra la todopoderosa Juventus de Turín. La fiesta del Gamper se convirtió en la fiesta de Messi. Fabio Capello, entrenador de los italianos, ya avisó en rueda de prensa: "Nunca he visto a un jugador como él". Messi tenía 18 años y su exhibición fue el preludio de una carrera que muchos ya consideran como la mejor de la historia.

Frank Rijkaard fue su gran mentor. De la mano del entrenador holandés, Leo Messi dio el salto al primer equipo y en su primer año ya se convirtió en indiscutible. Una lesión le apartó de jugar la final de la Champions en París (2006). Su frustración en la grada del Stade de France escondía el carácter extremadamente competitivo del argentino.

La llegada de Pep Guardiola catapultó a Messi y al club. Con el de Santpedor, el Barça alcanzó la perfección firmante cuatro temporadas impecables, una de ellas perfecto, sumando los seis títulos posibles. Con Pep, Messi se convirtió en el '10' del Barça y se le empezaron a caer los goles de los bolsillos. Abandonó la banda para convertirse en 'falso 9' y explotar todo el potencial que se le adivinaba en los campos de entrenamiento, al lado del Camp Nou.

Si Messi juega bien, el Barça gana. Esta ecuación se ha ido repitiendo durante las diez temporadas que lleva jugando con el primer equipo. En este periodo, Messi se ha convertido, junto con Iniesta, en el jugador que ha levantado más títulos (29) en los 117 años de historia del club. Una barbaridad para un futbolista de 29 años y que se reinventa con el paso de los partidos.

Muchos analistas supeditaban los éxitos de Messi a mantener la velocidad que lo hacía diferencial. La verdad es que el argentino ha conseguido unir una técnica única con un físico privilegiado. A día de hoy, nadie se atreve a criticarlo ni fijarle un final. Su aportación a un fútbol moderno donde prima el físico por encima del talento no tiene precedentes. Se le compara con los cuatro grandes (Maradona, Cruyff, Pelé y Di Stefano) pero cuando decida irse, nadie se podrá comparar con él.

Cristiano Ronaldo

"Gusto a quien le gusta el fútbol". La clave del éxito de Cristiano Ronaldo está en su autoestima. De pequeño, cuando empezó a jugar en el CF Andorinha, un modesto club de la isla de Madeira (Portugal), Ronaldo ya tenía claro que su objetivo era convertirse en profesional y, algún día, en el mejor futbolista del mundo.

El joven delantero que se ensuciaba las botas en los campos de arena y marcaba goles con facilidad no tardó en llamar la atención del Sporting, uno de los clubs más grandes de Portugal. El chico tenía gran potencial pero las primeras voces críticas señalaban su físico, entonces frágil, como un aspecto para desconfiar. En Lisboa, el club invirtió en una de los diamantes del fútbol base. Le ayudaron a explotar y le formaron hasta traspasarlo al Manchester United por 17,5 millones de euros. En Inglaterra se encontró con una pieza clave para entender su carrera: Alex Ferguson.

Heredar el número '7' de David Beckham era ponerse presión de manera innecesaria. Pero Cristiano ya ha demostrado que nadie puede superar su nivel de autoexigencia. La competición alimenta su carácter ganador y los goles son la gasolina que le hacen atarse las botas cada día. Ronaldo se marchó de Manchester convertido en el gran ídolo del United por 94 millones de euros, un traspaso récord hasta el momento.

Madrid, Florentino Pérez y el Santiago Bernabéu le esperaban. 80.000 personas llenaron el estadio el día de su presentación. Florentino fichaba, a golpe de talonario, un antídoto para contrarrestar el impacto de Messi. En el Real Madrid, Cristiano se convirtió en un goleador. El paso de las temporadas lo ha acercado al área y alejado de la banda|lado. Ronaldo es un depredador. Con el Madrid ha conseguido levantar dos Champions en tres años y se ha convertido en el máximo goleador de la historia del club en sólo siete temporadas.

Los números han demostrado que el fichaje de Ronaldo ha sido un acierto. A pesar de tener 31 años, el portugués acaba de firmar un nuevo contrato que lo ligará al club blanco hasta el 2021. Su físico, trabajado al detalle, le podría permitir seguir jugando hasta los 41 años y hacer realidad así su deseo. El gran éxito de su carrera, sin embargo, ha sido poder competir de tú a tú contra el talento de Messi.

El Balón de Oro, que se entrega el 13 de diciembre, volverá a generar debate independientemente del ganador. Y la duda eterna seguirá siendo sobre los aspectos que se tienen en cuenta a la hora de votar: ¿Calidad del jugador o títulos durante la temporada?