Lamine Yamal quiere escribir una de las páginas más grandes de la historia del fútbol. El canterano del Barça, que ya ha batido récords de precocidad y se ha ganado un lugar fijo en el primer equipo, ha dejado claro que no se conforma con ser una promesa: su objetivo es convertirse en el mejor del mundo.

Tras cumplir la mayoría de edad, Lamine no se escondió de la enorme responsabilidad de heredar el mítico número 10 del Barça. Un dorsal cargado de historia y presión, que en su momento llevó Messi y que ahora reposa sobre sus espaldas. Pero el de Rocafonda no rehúye el desafío: lo busca, lo desea y lo disfruta. En la primera jornada liguera frente al Mallorca ya demostró que está preparado para ser el líder del equipo, firmando un partido descomunal en el que asistió, generó peligro constante y cerró la goleada con un golazo de crack mundial.

Gavi felicitando a Lamine Yamal
Gavi felicitando a Lamine Yamal

Un liderazgo precoz

La ausencia de Robert Lewandowski le dio la oportunidad de asumir aún más galones y Lamine no la desaprovechó. Participó en todos los goles del equipo, desbordó sin descanso y se mostró como un futbolista total. Sus estadísticas en Son Moix hablan por sí solas: nueve remates, tres disparos a portería, cuatro centros y seis regates completados. Un recital que lo confirma como uno de los jugadores más desequilibrantes de Europa a pesar de su juventud.

Y no solo eso: Lamine ha demostrado que quiere ser protagonista en los momentos grandes. Pide faltas, busca el gol con ambición y contagia personalidad en cada jugada. Lamine quiere ser el dominador del fútbol mundial, el referente de su generación.

Inspiración y exigencia

El joven delantero no esconde que su espejo son las leyendas que dominaron el fútbol antes que él: Messi, Neymar o Cristiano. Consciente de lo que implica estar en el foco mundial, Lamine sabe que para alcanzar la cima debe exigirse al máximo en cada entrenamiento, en cada partido y en cada competición. Él mismo se ha puesto el reto de mejorar sus registros ofensivos, ser más decisivo en los momentos clave y liderar al Barça en su regreso a lo más alto de Europa.

El club, por su parte, lo blindó con un contrato hasta 2031 y una cláusula inalcanzable. Una decisión lógica después de que el PSG ofreciera 250 millones de euros el pasado verano para llevárselo. Pero el Barça no dudó: Lamine es el presente y el futuro.

Mallorca Barça Raphinha Lamine EFE
Mallorca Barça Raphinha Lamine EFE

Camino al Balón de Oro

En el horizonte inmediato está la gala del Balón de Oro, donde Lamine podría empezar a sonar como candidato en los próximos años si mantiene su progresión. Lo que está claro es que, con su ambición desbordante y su talento diferencial, el de Rocafonda no se conforma con ser una joya del Barça: quiere ser el número uno. Y si algo ha demostrado hasta ahora es que exigirse siempre más es la clave para conseguirlo.