Regresó de las vacaciones con el foco puesto sobre él y no ha defraudado. Lamine Yamal ha arrancado la pretemporada con el Barça dejando claro que su ambición no tiene techo. El nuevo ‘10’ del conjunto azulgrana está dejando boquiabierto a todo el cuerpo técnico y al vestuario con su nivel en los entrenamientos de la gira asiática. Está más rápido, más fino, más líder. Más jugador. Y en el club ya hay quien dice que este curso puede explotar definitivamente como la gran estrella del equipo.
Y eso que su verano no fue precisamente tranquilo. La fiesta por su cumpleaños número 18, con alguna que otra imagen poco edificante y ciertas críticas externas por supuestos excesos, generó un pequeño revuelo. Nada grave, pero sí lo suficiente para que en el Barça hubiera ciertas dudas sobre cómo volvería. La respuesta del jugador ha sido contundente: está más enchufado que nunca.

Más determinante y más maduro
Desde el primer día de entrenamientos en Japón, Lamine ha demostrado que no sólo mantiene el nivel de la pasada temporada, sino que ha dado un paso adelante. En lo físico se le ve más explosivo y rápido. En lo técnico, sigue siendo diferencial. Pero lo que más ha sorprendido en el club es su actitud. En el vestuario reconocen que se está comportando como un líder silencioso, sin necesidad de levantar la voz, pero marcando el ritmo en cada ejercicio y asumiendo responsabilidades.
Hansi Flick, que confía plenamente en él, ya le considera una pieza innegociable en su sistema. Por algo le han dado el dorsal más simbólico del club. El alemán ve en él algo más que talento: ve personalidad. Y eso, en un equipo joven como el Barça actual, vale oro.
Una temporada para marcar época
En el Barça saben que será una temporada exigente y que los focos estarán siempre sobre él. Es el jugador más desequilibrante del equipo, el que más miradas atrae y el que más expectativas genera. Pero también es consciente de lo que representa y lo que puede llegar a ser.

En los entrenamientos, su conexión con Koundé en la banda derecha sigue siendo uno de los grandes activos del equipo. La fluidez con la que se entienden y el peligro que generan por ese costado son argumentos de peso para pensar que esta temporada puede dejar actuaciones memorables.
Por ahora, Flick le tiene claro como titular. Rashford, Ferran y compañía pelearán por minutos, pero Lamine es intocable. Y lo más impactante es que todavía tiene 18 años. En el Barça lo ven preparado para liderar. Y lo está demostrando cada día. Esta temporada, el ‘10’ no es solo un número. Es una declaración de intenciones.