El día en que Frenkie de Jong se ha convertido en el gran protagonista de la actualidad blaugrana, el recién llegado Kevin-Prince Boateng ha reclamado su cuota de atención desde el césped del Sánchez Pizjuán.

Aunque sólo ha entrenado un día con el equipo, el futbolista ghanés ha sido titular en el Nervión, situándose en la posición de Luis Suárez. En el feudo de la Sevilla, Boateng ha jugado poco más de una hora y lo cierto es que no ha engañado a nadie.

Juego de espaldas, carácter y un puñado de buenas intenciones han sido sus credenciales. En cifras: 12 duelos ganados, 0 disparos, 20 pases completados y 2 faltas recibidas. Ninguna novedad para aquellos que conozcan su trayectoria deportiva. KPB no es el prototipo de jugador blaugrana, pero en Sevilla ha demostrado que su aportación puede ser útil en contextos muy determinados.

El ghanés no tiene miedo de pedir la pelota -cosa que no todos los fichajes que han pasado por can Barça pueden decir- y demuestra cierta personalidad. Esta noche, sin ir más lejos, se ha podido ver como corregía movimientos de sus compañeros.

Por el contrario, a Boateng hay cosas que no se le pueden exigir. Ni movimientos de ruptura, porque la velocidad nunca ha sido su característica principal, ni goles salvadores, porque nunca ha sido uno nueve de área.

El Barça ha perdido y Boateng no ha hecho nada para evitarlo, pero probablemente sería injusto exigir responsabilidades a una persona que hace dos días pertenecía a la plantilla del Sassuolo. Si quiere arañar minutos a Luis Suárez tendrá que mejorar sus prestaciones, pero en Sevilla ha demostrado que su actitud nunca será un inconveniente.