El Atlético de Madrid volvió a decepcionar. Esta vez, con un empate sin goles ante el Alavés, el conjunto rojiblanco volvió a demostrar que la segunda vuelta de la temporada ha sido un verdadero descalabro. Sin opciones en la lucha por el título, sin brillo en el juego y con muchos de sus futbolistas importantes mostrando signos de frustración, las alarmas empiezan a sonar en el Metropolitano. Y entre las señales más preocupantes está el malestar creciente de Julián Álvarez.

El delantero argentino, fichaje estrella del pasado verano procedente del Manchester City, empieza a mostrar signos de hartazgo. Álvarez llegó al Atlético con la intención de liderar un proyecto competitivo, confiando en que su talento podría marcar diferencias bajo el mando de Diego Simeone. Sin embargo, el contraste entre el estilo de juego del técnico argentino y el fútbol que vivió bajo las órdenes de Pep Guardiola es cada vez más evidente… y doloroso.

Julián Álvarez gol Real Madrid Atlético EFE
Julián Álvarez gol Real Madrid Atlético EFE

Una realidad muy diferente a la esperada

Acostumbrado a un juego de posesión, movimiento constante y creatividad ofensiva en el City, el fútbol directo, físico y reactivo de Simeone empieza a parecerle una jaula. El argentino, que no ha cuajado malos números a nivel individual, se siente desconectado de un sistema que no favorece sus cualidades. En los últimos encuentros, especialmente ante rivales teóricamente inferiores, el Atlético ha mostrado una preocupante incapacidad para generar peligro real. Julián, que suele bajar a recibir, buscar espacios y combinar, se encuentra rodeado de un sistema que prioriza el repliegue y el orden defensivo por encima de la fluidez ofensiva.

Simeone no cambia… y Julián se plantea cosas

Fuentes cercanas al entorno del jugador reconocen que Julián Álvarez no está satisfecho con la deriva del equipo ni con su encaje en el sistema. Aunque su compromiso sigue siendo total y profesional, empieza a preguntarse si su carrera podrá seguir desarrollándose al más alto nivel en este contexto. No hay intenciones inmediatas de salir este verano: tanto él como el club entienden que la adaptación lleva tiempo y que el proyecto puede reconstruirse. Sin embargo, si el Atlético continúa por esta senda el próximo curso, su continuidad más allá de 2026 se pone en duda.

Julián Álvarez polémico penalti Real Madrid / Foto: Europa Press
Julián Álvarez polémico penalti Real Madrid / Foto: Europa Press

En el club también han tomado nota. La dirección deportiva sabe que perder a Julián Álvarez sería un golpe muy duro. Por eso, de cara a la planificación de la próxima temporada, se contemplan cambios estructurales en la plantilla y, en menor medida, en la propuesta táctica. Pero la continuidad de Simeone también condiciona cualquier evolución, ya que el técnico no ha mostrado grandes intenciones de renunciar a sus ideas, incluso cuando los resultados no acompañan.

El Atlético, en un punto de inflexión

Con el equipo fuera de la pelea por LaLiga y sin margen de error en Europa, la recta final de temporada se presenta como una prueba de resistencia interna. El club necesita evitar una desbandada de talento joven, y eso incluye mantener a jugadores como Julián ilusionados con el proyecto. Pero esa ilusión solo llegará si el Atlético empieza a jugar a algo más que resistir.

Por ahora, no hay ultimátums ni decisiones firmes. Pero el descontento de Julián Álvarez empieza a hacerse visible. Y si el Atlético no reacciona a tiempo, la joya argentina podría convertirse en el gran arrepentimiento del proyecto Simeone en los próximos años.