El atestado de la Guardia Civil apunta que el vehículo que conducía José Antonio Reyes circulaba a una velocidad de 237 kilómetros por hora, por lo que el futbolista perdió el control del coche y sufrió el accidente mortal. Según ha informado el diario Mundo Deportivo, debido a la velocidad, el Mercedes Brabus S550 pinchó una rueda, colisionó contra unos bloques de obra, volcó y se incendió fuera de la autovía.

El atestado plantea que las ruedas podrían no haber estado en buen estado. El futbolista hacía varios meses que no cogía ese coche, por lo que los investigadores sospechan que los neumáticos tal vez no tenían la presión adecuada y por eso una de ellas reventó.

En el accidente murieron también otras dos personas: su primo Jonathan, que apareció calcinado junto a José Antonio, y otro amigo de ambos, que fue trasladado en estado grave al hospital y murió horas después.