El FC Barcelona ha entrado en la recta final para cerrar su planificación económica y deportiva de cara al curso 2025/26, y uno de los temas más urgentes en la agenda es el futuro de Frenkie de Jong. El centrocampista neerlandés lleva semanas en negociaciones con el club, y aunque ha mostrado su firme intención de continuar, la dirección deportiva encabezada por Deco ha fijado una fecha límite: el 30 de junio. A partir de esa fecha, el club tomará decisiones definitivas sobre su continuidad, tanto por razones deportivas como por estrictas necesidades financieras.
Una renovación vital para el proyecto de Flick
De Jong es una de las piezas clave para Hansi Flick, quien ha solicitado expresamente su continuidad. El técnico alemán considera que el ex del Ajax puede ser el pilar del centro del campo en su esquema, y ha influido de forma decisiva para que el jugador reconsidere su postura en un contexto que hace apenas unos meses parecía más cercano a la salida que a la renovación.

Flick le ha dado minutos, confianza y protagonismo, y De Jong ha respondido con un rendimiento sólido y una implicación que no ha pasado desapercibida en el vestuario ni en la grada. Por eso, más allá del deseo del club, es el propio jugador quien lidera las negociaciones directamente con Deco, dejando a un lado a sus agentes, en un intento por facilitar el acuerdo.
Un contrato complejo, pero necesario
El gran escollo es económico. De Jong tiene uno de los salarios más elevados de la plantilla, resultado de acuerdos heredados que se arrastran desde etapas anteriores. La dirección deportiva pretende renegociar su contrato con condiciones más sostenibles: diferir cantidades, ampliar años de vinculación y repartir los pagos de forma que el impacto en el límite salarial sea menor. Esta renovación no solo permitiría conservar a un jugador fundamental, sino también liberar espacio en la masa salarial para inscribir nuevos fichajes y reforzar el equipo.
Aunque ambas partes están más cerca que nunca de llegar a un entendimiento, en el Barça empieza a crecer la impaciencia. La entidad no quiere iniciar la pretemporada con incertidumbres contractuales ni con situaciones pendientes que puedan entorpecer la planificación general. Por ello, se ha marcado esa fecha límite del 30 de junio como momento clave para que el asunto quede resuelto.
Un cambio de actitud que genera esperanza
En los últimos meses, la postura de De Jong ha cambiado radicalmente. De ser un jugador cuestionado por su elevado coste y su rendimiento intermitente, ha pasado a convertirse en uno de los nombres más valorados por Flick. El futbolista, por su parte, ha recobrado la ilusión: ve en el nuevo proyecto una oportunidad para luchar por los títulos que lleva años esperando, y siente que ahora sí se están dando las condiciones para formar parte de un equipo competitivo y ambicioso.

Su buena relación con la directiva y el cuerpo técnico, así como la mejora de su situación deportiva, han sido claves para acercar posturas. Pero el Barça no puede esperar eternamente. El mensaje de Deco ha sido claro: no se quiere llegar al último año de contrato sin renovación cerrada.
El Barça, a contrarreloj
Con Ansu Fati y Lenglet en la rampa de salida, y con la planificación de fichajes condicionada por la masa salarial, la continuidad de De Jong es tanto un tema deportivo como estratégico. Su renovación permitiría aligerar carga financiera y asegurar estabilidad en una zona clave del campo.
El tiempo corre y, aunque hay optimismo, en el club ya se prepara un plan alternativo en caso de que el acuerdo no llegue. El futuro de De Jong está sobre la mesa y la decisión debe llegar en las próximas semanas. El balón, ahora, está en su tejado.