En el FC Barcelona ya se empieza a mirar más allá de Robert Lewandowski. Aunque el delantero polaco seguirá siendo parte fundamental del equipo la próxima temporada, en los despachos del club son plenamente conscientes de que su ciclo en la élite está más cerca del final que del inicio. El contrato de Lewandowski expira en 2026, y para entonces el Barça quiere tener cerrado a su heredero. Y Joan Laporta ya ha elegido a su favorito: Julián Álvarez.
El actual delantero del Atlético de Madrid, fichado el pasado verano procedente del Manchester City, es un viejo anhelo del presidente culé. Ya fue sondeado antes de su fichaje por el club rojiblanco, pero las condiciones económicas impidieron cualquier acercamiento serio. Ahora, la idea de Laporta es clara: lanzarse a por Julián Álvarez en el verano de 2026, coincidiendo con el periodo electoral para renovar la presidencia del club.

Una apuesta estratégica y mediática
El fichaje de un delantero de talla mundial sería un golpe de efecto para Laporta en plena campaña electoral, y Julián Álvarez cumple con todos los requisitos: joven, con experiencia internacional, campeón del mundo con Argentina y con un estilo de juego ideal para el modelo Barça. Además, su perfil combativo, técnico y resolutivo recuerda al de otros grandes delanteros que han triunfado en el Camp Nou.
Laporta cree que la llegada de Julián Álvarez podría suponer un nuevo punto de inflexión para el club, tanto a nivel deportivo como institucional. Su fichaje tendría un gran impacto mediático y serviría para ilusionar de nuevo a una afición que espera ver al equipo competir por todo, como en sus mejores años.
Dependencia de Lewandowski... y la necesidad de relevo
Aunque Lewandowski sigue siendo una referencia ofensiva, su rendimiento esta temporada ha evidenciado una cierta pérdida de frescura. En partidos importantes ha estado lejos del nivel que mostró en su primer año como azulgrana. Flick confía en él y lo ha recuperado físicamente para los momentos clave de la temporada, pero nadie en el club ignora que el Barça necesita un relevo de garantías a medio plazo.

Por eso, el fichaje de un delantero joven, con presente y futuro, es una de las grandes prioridades para los próximos dos años. Julián Álvarez encaja a la perfección en ese perfil, aunque su fichaje no será sencillo. Tiene contrato largo con el Atlético y una cláusula alta, pero Laporta está convencido de que podrá convencer al jugador y encontrar fórmulas para financiar su llegada.
¿Un guiño desde el entorno del jugador?
Fuentes cercanas al entorno de Julián Álvarez no descartan un cambio de aires en el futuro si el Atlético no logra recuperar el nivel competitivo de otros años. El delantero no ha escondido nunca su admiración por el Barça y el fútbol ofensivo, y su paso por el Atlético, donde se ha mostrado algo frustrado con el planteamiento de Simeone, podría abrir una ventana de oportunidad.
El camino hacia su fichaje será largo, pero en el Barça ya se trabaja en la operación con tiempo. Laporta quiere que sea su fichaje estrella de 2026, el símbolo de una nueva etapa para el club.