El arranque de temporada ha encendido todas las alarmas en el Atlético de Madrid. Tres jornadas disputadas, dos empates y una derrota para un equipo que aspiraba a pelear por LaLiga. Las críticas sobre Diego Pablo Simeone se han multiplicado y el ambiente en el Metropolitano empieza a ser de inquietud. Y desde Barcelona, Joan Laporta observa la situación con especial interés: el futuro de Julián Álvarez podría depender directamente de la evolución del proyecto rojiblanco.
Un Atlético en crisis de identidad
El conjunto colchonero no ha encontrado la solidez que le caracterizaba. Los problemas defensivos se han multiplicado y la pegada arriba es insuficiente para resolver partidos. Simeone está en el centro de las críticas, acusado de no haber dado un salto de calidad al equipo tras el fichaje de Julián Álvarez el verano pasado.

El delantero argentino llegó para ser la gran referencia ofensiva, pero el mal inicio del curso complica todo. La presión es máxima y se multiplican las voces que hablan de la necesidad de un cambio en el banquillo si los resultados no mejoran de forma inmediata.
Laporta sigue de cerca a Julián Álvarez
En el Camp Nou toman nota. El Barça piensa en el relevo de Robert Lewandowski para 2026, y el nombre de Julián Álvarez siempre ha estado sobre la mesa. El argentino, de apenas 26 años en ese momento, se ajusta a la idea de un delantero moderno: movilidad, gol, capacidad de asociarse y un olfato competitivo que recuerda a los mejores de su generación.
Si el Atlético no consigue títulos ni estabilidad, la opción de una salida en 2026 se haría mucho más factible. Julián podría valorar forzar un cambio de aires y, en ese escenario, Laporta estaría preparado para aprovechar la oportunidad.
Un contexto que favorece al Barça
La situación es casi ideal para los intereses culés. Con un Atlético debilitado y Simeone bajo presión, el club rojiblanco perdería fuerza negociadora. Laporta se frota las manos, consciente de que un futbolista del nivel de Julián no querrá pasar sus mejores años atrapado en un proyecto sin rumbo.
El Barça, además, tiene un plan claro: rejuvenecer la delantera con un perfil contrastado pero todavía con recorrido. Julián Álvarez cumple con todos los requisitos y podría convertirse en la pieza clave de un ataque donde Lamine Yamal es la estrella y donde se buscan socios de primer nivel.

Mirando al 2026
Falta mucho para que se abra la puerta de este movimiento, pero en los despachos del Camp Nou ya están atentos a cada tropiezo del Atlético. Si Simeone no reconduce la situación, el escenario para la salida de Julián Álvarez se despejará más rápido de lo previsto.
El Barça necesita planificar el futuro y, mientras tanto, el proyecto rojiblanco tambalea. Laporta lo sabe: en cada tropiezo colchonero hay un motivo más para soñar con ver a Julián Álvarez vestido de azulgrana.