La llegada de Joan Garcia al FC Barcelona es un hecho inminente. El club azulgrana pagará en los próximos días los 25 millones de euros correspondientes a su cláusula de rescisión con el Espanyol, lo que lo convertirá oficialmente en nuevo portero del equipo dirigido por Hansi Flick. El fichaje ha sido avalado por la dirección deportiva y especialmente por Deco, que lo considera una apuesta estratégica de presente y futuro. Sin embargo, no todo el vestuario azulgrana lo ve con los mismos ojos.
Una incorporación ilusionante… pero con matices
Joan Garcia llega para competir por la titularidad en una de las porterías más exigentes del mundo. Su rendimiento en el Espanyol ha sido brillante, especialmente en una temporada complicada donde se ha consolidado como uno de los mejores porteros jóvenes del panorama nacional. Su madurez bajo palos, su juego de pies y su proyección lo han convertido en una de las grandes apuestas del Barça para el futuro inmediato.

La mayoría de jugadores del primer equipo valoran positivamente su fichaje, sabiendo que el club necesita una renovación en la portería y alguien que pueda ser garantía de nivel si finalmente Ter Stegen da un paso al costado o se confirma su salida. No obstante, también existen ciertas reticencias internas.
El pasado perico genera escepticismo
Hay varios jugadores en el vestuario del Barça que tienen ciertas reservas con la incorporación de Joan Garcia, y no por su nivel deportivo, sino por su pasado ligado al Espanyol. Joan ha sido jugador blanquiazul desde pequeño, formándose en las categorías inferiores del club perico y defendiendo su escudo con orgullo hasta hoy.
En el vestuario culé hay futbolistas que han crecido con una profunda identidad barcelonista, y la rivalidad con el Espanyol sigue muy presente. Basta recordar cómo, tras conquistar la Liga, varios jugadores entonaron cánticos festivos con referencias directas al eterno rival de ciudad. La llegada de un futbolista que ha estado toda su carrera ligado al Espanyol no es, para algunos, una buena noticia desde el punto de vista simbólico.
No se trata de un rechazo frontal ni de un ambiente hostil, pero sí existe cierto escepticismo que Joan tendrá que disipar con su rendimiento. El Barça es un club donde lo que ocurre fuera del campo tiene peso, pero donde las dudas desaparecen rápido si el nivel deportivo es alto.

El balón hablará… y Joan también
Desde el cuerpo técnico y la dirección deportiva están convencidos de que Joan Garcia silenciará cualquier recelo con sus actuaciones. Flick lo ha pedido porque lo ve preparado para asumir retos de máximo nivel y ya ha dejado claro que no habrá jerarquías preestablecidas en la portería.
En el entorno del club, además, recuerdan casos de otros jugadores que llegaron al Barça tras pasar por el Espanyol o clubes rivales y acabaron ganándose el respeto y la admiración del vestuario. Joan tiene ahora la oportunidad de escribir su propia historia.
Por ahora, el vestuario lo recibe con educación y respeto, pero también con la lógica expectativa que genera todo fichaje importante. La portería del Barça no es cualquier sitio, y Joan lo sabe. Su pasado pesa, pero sus primeras paradas pueden cambiarlo todo.