La gran crónica de la Fórmula 1 se sigue escribiendo a día de hoy. Lewis Hamilton, el ya tetracampeón, ha dado un grandísimo paso adelante para así subirse al podio de los pilotos más grandes de la historia. Ahora el británico comparte peldaño con cuatro títulos mundiales con Alain Prost y Sebastian Vettel, se acerca a los cinco de Juan Manuel Fangio, y más allá todavía está Michael Schumacher con siete.

El actual piloto de Mercedes sigue rompiendo récords. Si esta misma temporada ya ha conseguido ser el mejor poleman con 72 en la categoría reina del automovilismo, también se ha centrado en ser el piloto con más puntos de siempre.

Unos datos y unas estadísticas que lo dejan en una lista de muy pocos elegidos. A sus 32 años, todavía con muchas vueltas por completar antes de pensar, la cifra de cuatro Mundiales de Fórmula 1 todavía son pocos. Agresivo, valiente e inconformista, el británico sigue siendo uno de los referentes en el mundo del automovilismo. Junto con él, sólo son cuatro los campeones del Mundo que están en activo.

Un prodigio precoz

El niño prodigio de Stevenage ganó su primer Mundial el año 2008, después de una primera temporada, la del 2007, en qué estuvo a punto de ser campeón en su debut. El segundo año al entonces McLaren-Mercedes fue el de su explosión. Sin la losa de Fernando Alonso en el equipo y toda la escudería centrada en su lanzamiento, Hamilton se entregó a un estallido que acabó llegando.

Cinco victorias, diez podios y siete poles que lo dejaron con 98 puntos, uno más que Felipe Massa con Ferrari. Todo el mundo recordará aquellas últimas vueltas en Brasil, cuando con un Hamilton con todo en contra, adelantó a todo el mundo sobre el asfalto mojado de Interlagos para acabar quinto y sumar su primer Mundial. Un éxito que lo inscribió como el piloto más joven en conseguir un campeonato a la Fórmula 1, hasta que llegó Vettel.

Maduro y dominador absoluto

Ya hace cuatro temporadas que su monoplaza, el Mercedes, se convirtió en el mejor coche de parrilla. Y desde que la marca de la estrella empezó a dominar las carreras por la velocidad sobre el asfalto, Hamilton no ha hecho más que ganar.

En los años 2014 y 2015 también fue el campeón del Mundo. El Mercedes arrancó de cuajo el dominio de los Red Bull y el piloto británico lo aprovechó para volver a saborear el regusto que tenía ser campeón. Dos campeonatos de manera consecutiva, segundo clasificado en el 2016, y después vuelve arriba del todo en el 2017. Tres Mundiales gracias a un monoplaza fiable, rápido y sin rival.

Hamilton ha madurado mucho y su agresividad que destrozaba neumáticos pasó a ser canalizada en una concentración encomiable. La seguridad y la constancia se han convertido en parte del nuevo Hamilton que ha conquistado tres Mundiales de los últimos cuatro disputados, que lo han transformado en un monstruo sobre el asfalto, en el dominador absoluto de la actual Fórmula 1.