El Girona ha vuelto a perder en Montilivi, esta vez contra el Villarreal, y tiene un problema muy serio (0-1). Un gol de Samu Chukwueze en los primeros compases del partido ha condenado el equipo rojiblanco, que suma un nuevo cero en su estadio y regala tres puntos de oro a un rival directo.

La tarde también ha servido por constatar que la afición ya no cree Eusebio Sacristán. Pitada monumental para el técnico vallisoletano cuando ha decidido sacar a Patrick Roberts del terreno de juego. Cuando la entidad está dividida, mala señal. El descenso es probabilidad cada vez más tangible.

Cuestión de tensión

El día de la marmota en Girona. Las primeras partes de siempre en Montilivi. Se hace difícil de explicar cómo uno de los mejores visitantes de la Liga puede ofrecer un rendimiento tan pobre en su estadio.

El Girona necesitaba los tres puntos para alejarse del descenso y sentenciar un rival directo, pero aun así los futbolistas de Eusebio han saltado al terreno de juego sin la tensión necesaria para competir.

La poca concentración del equipo la ha ejemplarizado Raúl García, que cuando sólo se habían disputado dos minutos de partido ya ha quedado retratado delante de Chukwueze. Yassine Bono ha evitado la diana del nigeriano pero no que sus compañeros siguieran en la luna.

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Cinco minutos después del primer aviso, el delantero del Villarreal se ha vuelto a desmarcar y, esta vez sí, ha batido al portero marroquí del Girona. Raúl García ni siquiera ha opuesto resistencia.

Afortunadamente para el Girona, sin embargo, el Villarreal no vive el mejor momento de su historia, precisamente. Después del gol, los de Eusebio han empezado a dominar el partido progresivamente. Así, en el minuto 17 una jugada de Roberts ha acabado con gol de Cristhian Stuani, pero el VAR ha demostrado que el inglés estaba en fuera de juego y ha provocado el bajón de Montilivi.

Con el paso de los minutos el duelo ha adoptado una dinámica de ida y vuelta que sólo favorecía los intereses groguets. Ramiro Funes Mori y Karl Toko Ekambi han disfrutado de ocasiones para intimidar a Bono, pero Portu y Roberts han respondido con dos acciones de que Asenjo ha abortado.

Cuando el árbitro ha señalado el descanso, sin embargo, la realidad era la de siempre en el estadio rojiblanco. Sensaciones positivas, resultado negativo.

Eusebio, el centro de las críticas

En la segunda parte se han hecho patente dos realidades. El Girona buscaría el empate con más corazón que cabeza y Eusebio sería cuestionado seriamente por primera vez en Montilivi.

Roberts estaba siendo el mejor jugador del Girona -y probablemente del partido- pero el entrenador vallisoletano ha decidido que el futbolista del City tenía que ser el sacrificado cuando ha apostado por Seydou Doumbia en el minuto 63.

La decisión de Eusebio ha provocado la ebullición de la afición local, que ha silbado el cambio y posteriormente ha acabado pidiendo de manera tímida la dimisión del técnico.

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Así, en medio de un ambiente totalmente desfavorable para los intereses gerundenses, el Villarreal ha disfrutado de ocasiones para matar el partido. Pablo Fornals ha perdonado prácticamente desde el área pequeña en un contraataque y tres minutos después Carlos Bacca ha vuelto a intimidar la portería de Bono, pero el Girona se ha salvado por bien poco.

Los futbolistas rojiblancos han tirado de orgullo para buscar el empate, pero lo han hecho sin orden y con poca precisión. Eusebio ha intentado rehacer su error y ha sustituido a Jonás Ramalho por Pedro Porro, pero el movimiento ha servido de bien poco.

Desgraciadamente por el Girona y para Eusebio, sin embargo, el fútbol no se resume en centrar pelotas a la olla sin descanso. Kévin Soni, del Peralada, ha entrado en los últimos minutos para cazar algún rechace, pero ya no había nada que hacer.

Los rojiblancos todavía tienen tres puntos de ventaja sobre el descenso, pero el margen de error se ha acabado. En las próximas dos jornadas el Girona se enfrenta a dos rivales directos, el Celta y el Valladolid, y todo lo que no sea ganar será un fracaso.

El único consuelo que le queda al equipo de Eusebio es que como mínimo no tendrá que jugarse las castañas en Montilivi, y es que en su estadio suman 11 partidos sin ganar, la peor racha de la historia de la Liga.