El Girona suma un punto de gusto agridulce después de empatar con la Real Sociedad (0-0) en un partido que ha merecido ganar. El equipo de Eusebio Sacristán siempre ha tenido mucho gol, pero el día en que ha recuperado la contundencia defensiva le han faltado fuerzas delante. Sea como sea, el conjunto de Montilivi se aleja un poco más del descenso, que ahora está a 5 puntos.
Valentía sin premio
Eusebio Sacristán es un técnico con virtudes y defectos, pero si hay una característica que en Girona ha demostrado sobradamente es que es muy justo con sus futbolistas. Por este motivo, el técnico vallisoletano ha repetido la alineación que consiguió batir al Real Madrid en la última jornada de Liga. Así, hombres indiscutibles como Pere Pons o Pedro Porro se han quedado en el banquillo, dejando paso a Aleix García y el Choco Lozano.
Eusebio no sólo ha repetido futbolistas, también ha apostado por el mismo esquema que dibujó en el Bernabéu: 4-1-4-1 con Portu y el Choco en las alas, Ramalho de lateral derecho y Douglas Luiz de quarterback.
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La fórmula, al menos a la primera mitad, ha funcionado. La defensa de cuatro no se ha traducido en inestabilidad y el Girona, por orgullo y por pizarra, ha tenido más fluidez en frente.
De ocasiones, pocas pero muy claras. La primera la ha tenido el pichichi rojiblanco, Cristhian Stuani, después de rematar una falta picada por Aleix en el minuto 3. El protagonista en clave gerundense, sin embargo, ha sido el Choco. El hondureño ha podido marcado en el minuto 13 con una rosca desde la frontal y en el 36 con un remate a bocajarro que Rulli –uno de los porteros de la Liga– ha rechazado con el pie.
La Real, por su parte, ha dominado la posesión pero no ha conseguido inquietar la portería de Yassine Bono. Juanpe Ramírez y Pedro Alcalá –sorprendente titular por delante de Bernardo– lo han protegido como hacía tiempo que no pasaba.
En el momento más ambicioso del Girona, el árbitro ha señalado el descanso de un partido donde sólo faltaban los goles.
Borja falla donde no se puede fallar
En los primeros 15 minutos del segundo tiempo han quedado claras tres cosas: la primera, que el Girona quería los 3 puntos; la segunda, que la Real aprovecharía la primera ocasión que tuviera para hacer daño; y la tercera, que el árbitro Pireto Iglesias silbaría falta en cualquier contacto. El colegiado navarro ha desesperado al público de Montilivi señalando una infinidad de infracciones muy discutibles de los futbolistas rojiblancos.
Paralelamente, sin embargo, Stuani ha seguido buscando su 14º gol en la Liga. Ha estado a punto de conseguirlo en el 65, justo después de la entrada al terreno de juego de Borja García, con un remate de cabeza a centro de Granell que ha salido desviado por poco a la izquierda de Rulli.
Aparte de Borja, Eusebio también ha sustituido a Douglas por Pere Pons, probablemente para evitar la segunda amarilla del brasileño y para dotar de más carácter la medular de su equipo.
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El cambio ha funcionado y el Girona se ha aproximado a la portería de Rulli con frecuencia, pero Borja –precisamente después de una gran jugada de Pons– ha perdonado la ocasión más clara de la noche cuando sólo quedaban 5 minutos de partido.
El empate no es excelente pero también deja notas positivas. Los de Eusebio suman un punto contra un equipo que no perdía desde hace siete jornadas y vuelve a dejar la portería a cero, un hecho que no sucedía desde el 10 de noviembre del año pasado. La asignatura pendiente sigue siendo ganar. Montilivi no vive una victoria de su equipo en la Liga desde hace cuatro meses.
El viernes que viene, el Girona visita Vallecas para enfrentarse al Rayo en una auténtica final. El equipo madrileño es decimonoveno y una victoria gerundense serviría para hacer bueno el punto conseguido esta jornada.