El Girona ha empatado contra el Atlético de Madrid (1-1) en el partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey disputado a Montilivi. Si bien es cierto que el valor doble de los goles fuera de casa no favorece el conjunto de Eusebio Sacristán, la realidad es que sus hombres han transmitido sensaciones muy positivas. Con jugadores poco habituales como el Choco o Doumbia como titulares y con la presencia de los futbolistas de Peralada Paik y Valery, el Girona ha plantado cara al Atlético de Madrid y visitará el Wanda con la ilusión intacta para acceder a los cuartos de final.

Valery enamora, el Choco se reivindica

El Girona ha empezado el partido con concentración e intensidad, dispuesto a plantar cara a uno de los grandes de Europa. La entidad del rival y las ganas de alcanzar los cuartos de final por primera vez en su historia se han traducido en una puesta en escena estimulante que Montilivi, más vacío que de costumbre, ha agradecido. Nada hacía pensar que el partido correspondiera a un partido de Copa, si no que parecía un duelo de vital importancia en la Liga.

Así, Aleix Garcia y el Choco Lozano han disfrutado de dos grandes ocasiones de gol en los primeros diez minutos, pero como suele pasar en estos casos, el primero en golpear ha sido el Atlético de Madrid. El equipo del Cholo ni siquiera ha necesitado ningún contexto previo: Antoine Griezmann ha cazado una pelota sobre la línea del área y ha lanzado un obús con el interior que se ha colado por la escuadra de Gorka. Golazo para firmar el 0-1.

El Girona, sin embargo, no se ha rendido. Al contrario. Herido en el orgullo, y a pesar de no contar con figuras como Stuani, Portu o Granell, el conjunto rojiblanco se ha lanzado al ataque sin complejos. Los suplentes habituales como Alcalá, Doumbia o el Choco han agradecido el descaro de los jugadores del filial, Valery y Paik. Actuación especialmente notable del primero, que está empeñado en consolidarse en el primer equipo ahora que el club necesita a un carrilero.

El problema, sin embargo, es que Doumbia no es Stuani. El delantero marfileño, totalmente negado, ha fallado una ocasión de oro cuando sólo tenía que empujar la pelota con la cabeza. El ex del Sporting Club no ha aprovechado la noche para consolidarse, pero el Choco Lozano sí. El delantero hondureño, muy móvil durante todo el encuentro, ha sorprendido a Adán con un remate potente para firmar el empate antes del descanso.
 

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La peor cara de Kalinic y Doumbia

El segundo tiempo ha empezado con una tónica radicalmente opuesta a la primera. Si en el inicio del partido ha sido el Girona quien ha querido marcar territorio, en la segunda parte ha sido el Atlético de Madrid quien ha querido demostrar su categoría superior.

El problema para el equipo del Cholo, sin embargo, es que Kalinic no es Diego Costa. El delantero croata ha fallado dos ocasiones muy claras cuando lo tenía todo a favor para poner la eliminatoria  a favor de los colchoneros. Tampoco ha conseguido marcar Correa sólo tres minutos después.

Con el paso de los minutos el Girona ha empezado a encontrarse a sí mismo y ha podido hacer el 2-1. Doumbia, sin embargo, ha vuelto a fallar una ocasión donde sólo tenía que empujar el esférico. Como si se tratara de un gag, el marfileño ha acabado picando la pelota con las dos piernas.
 

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Eusebio ha sustituido el Choco por Portu, Doumbia por Granell y Paik -buen partido del debutante- por Borja García. Con los tres titulares sobre el césped su equipo ha sido mejor, pero no el marcador ya no se ha movido.

Todo abierto en una eliminatoria de alto voltaje. El Girona se consolida como una auténtica piedra en el zapato para el Cholo Simeone, y es que el Atlético de Madrid todavía no ha conseguido ganar nunca al conjunto de Montilivi (2-2 y 1-1 la temporada pasada y 1-1 y 1-1 en esta).