El Girona sigue sin ganar en su estadio. En el primer partido de la 29ª jornada de Liga, los hombres de Eusebio Sacristán han perdido contra el Athletic Club (1-2) después de haber conseguido lo más difícil, es decir, ponerse por delante en el marcador. El de siempre, Christian Stuani, ha marcado en la primera parte, pero en la segunda dos dianas de Iñaki Williams y Raúl García han cambiado el resultado.

La permanencia sigue, por ahora, a 9 puntos de distancia. Ahora bien, el Girona seguirá siendo una jornada más el peor local de la Liga, y es que no gana en Montilivi desde el mes de octubre pasado.

Stuani lo remata todo

Después de hacer un muy buen partido contra el Valencia en Montilivi (2-3) y de superar a un rival directo en Leganés (0-2), el Girona ha saltado al terreno de juego con las ideas más claras que nunca: 4-3-3 para tener la pelota, Jonás Ramalho y Raúl García en los laterales y Marc Muniesa de pivote defensivo, actuando en la misma posición que ocupó en Butarque.

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El resultado no ha podido ser más positivo. Aunque el Athletic también ha querido tener la posesión, los hombres de Eusebio siempre han sido superiores con el esférico en los pies.

Sólo Williams, en el minuto 20, ha podido cambiar el rumbo del parido con un remate de espuela que Gorka –el sustituto del lesionado Bono- ha parado sin problemas. A partir de este momento, Cristhian Stuani y Portu se han empezado a entonar y el Girona ha carburado en busca del primer gol del partido.

Como no podía ser de otra manera, este ha llegado gracias al delantero uruguayo, que en el minuto 36 ha cazado con la cabeza un centro en el corazón del área de Raúl García. La asistencia del lateral gallego no era extraordinaria, pero Stuani es, sin duda, el mejor matador aéreo del campeonato. El delantero centro ha sumado su 17ª diana en la Liga para seguir ampliando su leyenda como rojiblanco.

Desconexión total

La alegría de Montilivi, sin embargo, ha durado muy poco. Sólo se habían disputado siete minutos del segundo tiempo cuando Williams ha aprovechado un centro de Yuri en el segundo palo para empatar el partido con un remate con la cabeza. Era la segunda llegada a portería de los de Gaizka Garitano.

El gol vasco ha congelado la afición rojiblanca, demasiado habituada a las desgracias en su estadio. Las desgracias, además, nunca vienen solas. Prácticamente en la siguiente jugada del partido, el goleador Williams se ha convertido en asistente y ha regalado una pasada excelente para Raúl García, que sólo ha tenido que empujar la pelota a portería.
 

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Los dos tortazos vascos han obligado a reaccionar a Eusebio, que no ha esperado ni un segundo para mover ficha. El técnico vallisoletano ha retirado Marc Muniesa del terreno de juego y ha dado paso a Valery, toda una declaración de intenciones para empatar el partido.

La receta, sin embargo, no ha tenido ningún efecto práctico y el ex de la Real Sociedad ha tenido que volver a mirar al banquillo. Cuando quedaban 15 minutos de partido ha apostado por Seydou Doumbia, un hombre poco amigo de las hazañas, en el lugar de Ramalho. Nadie podrá decir que no ha sido valiente.

Quizás por la mala rachea del equipo en casa o quizás por simple inoperancia, el Girona no ha disfrutado de ninguna ocasión clara para empatar el partido. Portu, más pendiente del árbitro que del partido, y Stuani, desamparado, sólo han podido observar cómo su equipo, un día más, volvía a perder en casa.

El Girona tiene 34 puntos y está 9 por encima de la salvación, que marca el Celta de Vigo con 25. La permanencia es factible pero habrá que lucharla y para hacerlo, ganar en Montilivi debería ser indispensable.