El partido de ayer frente al Levante dejó muchas lecturas para el Barça de Hansi Flick, pero una de las más claras fue la irrupción de Gavi, que volvió a demostrar que está listo para ser indiscutible en este equipo. El centrocampista andaluz salió en el descanso, cuando el conjunto culé perdía 2-0 y el rendimiento colectivo era más que preocupante. Su entrada en el terreno de juego cambió por completo la dinámica del choque y terminó siendo clave en la remontada por 2-3.
La sustitución fue directa: Gavi entró por Marc Casadó, que no había logrado hacerse con el control en la medular. Desde ese momento, el Barça recuperó energía, agresividad y, sobre todo, personalidad en el centro del campo. Gavi contagió a sus compañeros con su carácter competitivo, recuperando balones en zonas peligrosas y generando presencia ofensiva con llegadas desde segunda línea. El equipo pasó de ser un bloque plano y sin ideas a uno mucho más vertical y dominador, lo que terminó inclinando el partido.
Un aviso a los teóricos titulares
El nivel que está mostrando Gavi en este arranque de temporada invita a pensar que no tardará en hacerse con un sitio fijo en el once. Con Frenkie de Jong asentado como pieza fundamental y Pedri indiscutible en la sala de máquinas, la gran incógnita es quién cederá su lugar cuando Flick decida apostar por el andaluz como titular. Lo que parece evidente es que el canterano ya está para sentar a más de un teórico titular, ya sea en el pivote o en el interior, porque su intensidad y capacidad de trabajo marcan una diferencia notable.
En este sentido, su competencia directa pasa por Casadó, que ha perdido peso tras su flojo partido ante el Levante, y por jugadores como Fermín López, que también busca consolidarse. Incluso en determinados partidos Gavi podría desplazar a De Jong si Flick decide apostar por un perfil más agresivo en el medio.
Flick, encantado con su evolución
En el vestuario, la entrada de Gavi es percibida como un auténtico revulsivo. Flick está encantado con su recuperación y con la fiabilidad que ofrece. El técnico alemán sabe que en el joven centrocampista tiene a un futbolista capaz de marcar diferencias en ambos lados del campo: roba, presiona, asiste y llega con peligro.
Una temporada para dar el golpe definitivo
A sus 21 años, Gavi afronta una temporada que puede ser la de su consagración definitiva. La competencia es feroz, pero partidos como el del Levante confirman que no solo está recuperado, sino que además está listo para dar un paso adelante. La afición, que coreó su nombre tras el pitido final, lo tiene claro: Gavi no puede ser suplente.
Si mantiene este nivel, Flick tendrá un auténtico dilema en el centro del campo, porque el de Los Palacios está dispuesto a quitarle el sitio a cualquiera para consolidarse como uno de los grandes líderes del Barça.