La llegada de Chen Yansheng a la presidencia del Espanyol vino acompañada de muchas promesas. Todas en la misma dirección: profesionalizar el club. Una de las preocupaciones de los nuevos dueños era dejar de ser un club vendedor y tener objetivos más ambiciosos que la salvación. Aparte del saneamiento económico y la inversión en fichajes, el foco está en el fútbol base, el gran suministrador de oxígeno para el primer equipo durante los últimos años.
Quique Sánchez Flores, entrenador con contrato para las próximas tres temporadas y hombre de confianza de Chen en el apartado deportivo, se cree la teoría. Aunque en verano se apostó por fichar jugadores contrastados y con experiencia para cambiar la dinámica depresiva del equipo, Quique no ha tardado en descubrir el talento mirando hacia abajo. "El Espanyol siempre ha sido así, toda la vida. Nos satisface y nos llena de amor. Es una maravilla tener este tipo de jugadores", dijo el técnico después de la última victoria en la Liga contra el Sevilla (3-1).
Contra los andaluces, el Espanyol cuajó el mejor partido de la temporada. Sólido en defensa y efectivo en ataque, los blanquiazules minimizaron la gran revelación de la Liga. Además, el equipo acabó el partido con siete jugadores formados en el filial, unos números que marcan la línea por la que quiere caminar la dirección deportiva. Jordi Lardín, nuevo director técnico, compagina su cargo con la de coordinador del fútbol base. Una declaración de intenciones.
Con la reciente renovación de Óscar Melendo hasta el 2022, el club ya se ha asegurado el futuro de cuatro de las promesas del filial, después de hacer lo mismo con Aarón Martín (2022), Marc Roca (2022) y Marc Navarro (2021). Los cuatro jugadores, a quienes Quique ya ha hecho debutar en este primer tramo de temporada, son unos fijos en los entrenamientos del primer equipo. En otra época, el club hubiera apostado por venderlos, poniendo por delante el aspecto económico del deportivo. Ahora las cosas han cambiado. El Espanyol no tiene necesidad de hacer caja y eso provoca que los más jóvenes vean más cerca que nunca la opción de hacerse un hueco en el primer equipo.
Marc Navarro / RCDE
En el Espanyol corren buenos tiempos. El proyecto crece y se asienta sin prisa pero sin pausa. Todos los pasos en la misma dirección: llevar el equipo a Europa. En las oficinas se creen el nuevo rol, dictado por el presidente Chen: "La próxima temporada tenemos que acabar la Liga entre los ocho primeros para poder luchar por estar en competiciones europeas". Europa pasa por combinar fichajes con gente de casa. El club, de momento, saca pecho del fútbol base y se enorgullecen de ser el segundo que reparte más minutos entre los jugadores del filial, sólo por detrás del Niza. Los datos marcan el camino. Y a Quique Sánchez Flores no le temblará la mano.