Entre las prioridades de Hansi Flick está acompañar de cerca a Lamine Yamal para que su progresión no se vea afectada por una fama prematura o distracciones fuera del campo. El alemán sabe que el talento de Lamine es incuestionable, pero quiere asegurarse de que su entorno, actitud y mentalidad estén a la altura de su potencial.
Para ello, Flick ya ha comenzado a trabajar psicológicamente con el joven extremo, y según fuentes del vestuario, le ha puesto como ejemplo en más de una ocasión a Robert Lewandowski, a quien considera el mejor profesional del equipo y una referencia intachable para los más jóvenes.
Lewandowski, un modelo de disciplina
Durante las vacaciones, mientras muchos jugadores disfrutan del descanso, Lewandowski ha mantenido su rutina de entrenamiento personal. En redes sociales se han podido ver imágenes del delantero polaco ejercitándose en solitario, cuidando cada detalle de su preparación física y manteniéndose en plena forma de cara a la pretemporada. Un gesto que no ha pasado desapercibido para Flick.
El técnico alemán sabe que el camino al éxito no solo se traza en el césped, sino también fuera de él, y que la clave para que Lamine se consolide como una estrella de primer nivel está en su capacidad para adoptar hábitos de trabajo, descanso y alimentación ejemplares. Por eso, ha señalado a Lewandowski como un espejo en el que mirarse.
Un mensaje claro a Lamine
El cuerpo técnico del Barça está muy encima de Lamine Yamal desde que acabó la temporada. Se le ha visto en varias fiestas durante sus vacaciones y en el club se teme que su reciente popularidad y la cercanía a la mayoría de edad —cumple 18 años el próximo 13 de julio, justo el día en que arranca la pretemporada— puedan distraerle. Flick, sin embargo, quiere convertir ese momento simbólico en un punto de inflexión positivo y dejarle claro desde el primer día que espera de él el máximo compromiso.
La idea del técnico es sencilla: si Lamine quiere triunfar en el Barça y llegar al nivel de las grandes leyendas, debe empezar a comportarse como un profesional de élite. Y para ello, no necesita mirar muy lejos: tiene a su mejor ejemplo sentado a pocos metros en el vestuario.