Guille Fernández ha sido una de las grandes noticias en clave cantera del FC Barcelona en los últimos meses. Con solo 17 años, el centrocampista de Rubí ha despertado un interés creciente tanto en el fútbol español como en el panorama internacional. Borussia Dortmund, Oporto o clubes de LaLiga siguen muy de cerca su evolución. Y ahora, con la gira asiática en marcha, la situación empieza a moverse en serio.
Hace dos días, en Seúl, Guille tuvo sus primeros minutos de pretemporada con el primer equipo. Hansi Flick le dio un cuarto de hora para demostrar, y aunque el contexto no era el más exigente, el joven canterano cumplió. Su actitud, intensidad y buena toma de decisiones no pasaron desapercibidas. Pero esa participación no ha cambiado el escenario de fondo: Flick ya ha trasladado al club que, salvo sorpresa, ve con buenos ojos que el jugador salga este verano.

Y no será por falta de opciones. Su representante, Jorge Mendes, ya tiene sobre la mesa propuestas concretas, tanto de cesión como de traspaso. La idea del entorno de Guille siempre ha sido ir con calma, escuchar y decidir en función del proyecto deportivo. Pero está claro que la Segunda RFEF, donde competirá el filial esta temporada, puede quedarse corta para un talento de su nivel.
Oportunidades reales o adiós temporal
El Barça valora a Guille, y en los despachos saben que es una de las joyas de La Masia. Pero también son conscientes de que ahora mismo no tiene hueco garantizado en el primer equipo. Con un centro del campo lleno de nombres como Gavi, De Jong, Pedri, Fermín, Dani Olmo o Marc Casadó, resulta complicado ofrecerle minutos de forma regular.
El plan, por tanto, podría pasar por una cesión estratégica a un equipo de mayor exigencia donde pueda curtirse y volver más hecho. Dortmund y Porto son opciones muy bien valoradas, aunque por ahora no han hecho oferta formal. Pero están al acecho, como otros clubes que se han acercado a Mendes con interés real.

En cualquier caso, la decisión final se tomará tras la gira. Guille quiere saber de primera mano cuál es el plan del Barça. Si no hay apuesta firme, se marchará. Y el club lo sabe. Flick no lo descarta como futuro, pero entiende que su desarrollo no puede detenerse.
El jugador, mientras tanto, mantiene los pies en el suelo y vive esta oportunidad con ilusión. Acompañado por su primo y mejor amigo Toni, Guille sabe que está en un punto clave. La pelota está ahora en el tejado del club.