Hansi Flick ha querido ser claro en una de las cuestiones que más le preocupan en este arranque de temporada: la fragilidad física de dos de sus centrales, Andreas Christensen y Ronald Araujo. Ambos han demostrado en más de una ocasión su enorme nivel competitivo, pero también acumulan un historial de problemas musculares que hacen saltar las alarmas en el cuerpo técnico. Con el mercado de fichajes a punto de cerrarse, la advertencia del entrenador alemán no ha pasado desapercibida en el Camp Nou.
Corto de efectivos atrás
Flick sabe que para aspirar a todo, y especialmente a la Champions League, es vital disponer de una línea defensiva sólida y sin fisuras. En ese sentido, la fiabilidad física de Christensen y Araujo es una incógnita que puede condicionar la temporada. El danés arrastra molestias recurrentes en la rodilla que le impiden encadenar largos periodos de continuidad, mientras que el uruguayo ha sufrido lesiones musculares que lo han dejado fuera en momentos clave.

La situación es todavía más delicada porque el Barça no tiene demasiadas alternativas de garantías. Eric García ha dado un paso adelante con su reconversión al lateral derecho, y Jules Koundé, que también puede actuar como central, es el lateral titular. Flick valora mucho la polivalencia de varios futbolistas de la plantilla, pero es consciente de que no basta con improvisar soluciones cuando las lesiones golpeen a dos de los jugadores más importantes del sistema defensivo.
El gran problema para el Barça es que, a día de hoy, la economía del club no permite ir al mercado a por un refuerzo de nivel. La dirección deportiva ha trabajado en otras prioridades durante el verano y, aunque Flick ha pedido explorar opciones, Deco sabe que la situación es extremadamente complicada. Cualquier operación requeriría ventas inmediatas o ingresos extraordinarios, algo poco probable a estas alturas del mes de agosto.
En el club asumen que, salvo sorpresa de última hora, tocará tirar con lo que hay. Eso significa confiar en que Christensen y Araujo logren minimizar sus problemas físicos, que Eric García pueda alternar posiciones y que jóvenes como Gerard Martín o incluso canteranos del filial estén preparados para dar un paso adelante en caso de emergencia.

El Barça afronta, por tanto, un riesgo real en su zaga. Flick lo ha señalado antes de que sea demasiado tarde: si los dos pilares defensivos no logran mantenerse sanos, la temporada puede complicarse mucho más de lo previsto.